lunes, 8 de marzo de 2010

LA INGLATERRA VICTORIANA

LA REINA VICTORIA I (1837 - 1901): Reinó durante casi 64 años, siendo el suyo el reinado más largo de la historia de Gran Bretaña. Entre 1837 y 1901, ocupó el trono de GRAN BRETAÑA y desde 1876 fue, además, emperatriz de la INDIA. Este largo y próspero reinado, produjo una imagen de la sociedad y la cultura británicas que se ha definido por el nombre de la Reina La Era Victoriana estuvo caracterizada por la Revolución industrial y cambios significativos a nivel social, económico y tecnológico; para finalizar como la primera potencia de su época El período victoriano, en realidad, excede el reinado de Victoria I, remontándose hasta principios de los años 30 del XIX, con el comienzo de la era del ferrocarril y la primera reforma electoral; y extenderse hasta la I GM El período se caracterizó: - Por una fase de expansión, en que Gran Bretaña ejercía una hegemonía económica mundial indiscutida

- Por una fase de concurrencia, iniciada hacia 1875, cuando la hegemonía económica era disputada por Estados Unidos y Alemania Esta larga época de desarrollo fue favorecida por: - La estabilidad política: conseguida mediante las reformas parlamentarias graduales, que trasladaban los conflictos políticos y sociales a las cámaras, en lugar de resolverlos a través de la insurrección violenta, como ocurrió en otros países europeos (por ejemplo, en 1848) - El continuo progreso económico, basado en la industrialización, inversión en infraestructuras, dominio de la navegación y comercio mundiales, especialización funcional de las regiones y el librecambio Frente a estos puntos fuertes del sistema victoriano, hay otros débiles: - La gravedad de la cuestión social, paliada de forma insuficiente por algunas medidas legislativas - La situación inestable de IRLANDA, donde en estos años se constituyó el Sinn Fein, un partido independentista, republicano y defensor de la violencia EL CRECIMIENTO ECONOMICO: - Se basó en la antecedencia de la Revolución industrial respecto a otros países, la continua innovación técnica, y la extensión del ferrocarril y el telégrafo - Destacan los acuerdos comerciales con otros países (sobre todo Francia, Napoleón III) por los que podía importar productos alimenticios a bajo precio y exportar manufacturas, sobre todo las textiles y siderúrgicas - Esta conversión de la Isla en importadora de alimentos hay que relacionarla con la abolición de las leyes de cereales, que durante mucho tiempo habían impuesto una política agraria proteccionista en defensa de los intereses de los grandes propietarios - A partir de la reforma electoral de 1832, los intereses principales que rigieron la política británica fueron los de la burguesía industrial y financiera - Las finanzas fueron otra de las bases de la expansión económica, al constituirse capitales fuertes, bien organizados mediante la forma de la S.A., que permitieron no solo acometer las inversiones necesarias en el interior, sino también convertir a Gran Bretaña en el primer inversor exterior del mundo - La especialización regional y la mecanización de la agricultura nacional permitieron mejorar su rendimiento; con el producto así obtenido, se pudo alimentar a una población en expansión (aunque para los obreros urbanos era una alimentación pobre y escasa), y generar un excedente de mano de obra campesina, que fue a nutrir la industria urbana y la colonización exterior LA EVOLUCION POLITICA: El sistema político británico, desde la reforma electoral de 1832 hasta la I GM, fue un modelo de consenso entre elites sociales, que contrastaba con los regímenes de Europa continental, excluyentes Las bases del sistema británico eran las siguientes: - Paso gradual del poder político de la Cámara de los Lores a la de los Comunes - Adecuación progresiva de la distribución de escaños de la Cámara de los Comunes a la situación social y económica del país, mediante las reformas electorales (1832 y 1867) - Gobierno colegiado, en el que se reforzaba la función directriz del primer ministro; existencia de una oposición organizada; bipartidismo y posibilidad de alternancia en el poder - La corona se definía, no ya como mera soberana, sino como institución al servicio de la nación y de la grandeza del Estado El bipartidismo:

- Se basaba en los antiguos grupos tory y whig, ahora Partido Conservador y Partido Liberal - En la primera generación del reinado de Victoria, estuvieron dirigidos respectivamente por Peel y Palmerston; en la segunda generaación, por Disraeli y Gladstone - En ambos partidos hubo una evolución gradual, desde la representación individualista de los diputados, que conservaban gran autonomía frente al partido y representaban sobre todo a su distrito, hacia la conciencia colectiva de grupo político que actuaba colegiadamente en defensa de unos objetivos comunes La clase política: - Antes del último cuarto del XIX, estuvo formada exclusivamente por grandes terratenientes y altos burgueses, aunque los segundos fueron desplazando gradualmente a los primeros - En el último cuarto del XIX, se incorporaron a la Cámara de los Comunes los primeros representantes de origen obrero, puesto que hasta ese momento había sido requisito para ello disponer de una renta mínima y de un buen nivel educativo La reforma electoral de 1867: - Fue promovida por un gobierno conservador encabezado por Disraeli - Éste demostró durante toda su trayectoria política una gran preocupación por la reforma social, en el sentido de proteger las condiciones de vida y trabajo de los obreros frente a la burguesía industrial - Parte de los diputados conservadores se opuso a la reforma electoral de Disraeli, que necesitó por ello el apoyo del Partido Liberal - En realidad, esta modificación de la ley electoral fue una profundización de la ya realizada en 1832, en la cual había quedado abierta la posibilidad de una ampliación paulatina del censo - En la reforma de 1867, se otorgó una gran capacidad de representación a las ciudades, que al fin y al cabo constituían el motor de la expansión económica - El censo electoral fue ampliado considerablemente, y, sobre todo, abierto a muchos obreros - El derecho de voto se obtenía por la propiedad o la posesión en régimen de arrendamiento de una casa en la ciudad; los obreros cualificados residentes también podían votar - Simultáneamente, se realizaba una nueva distribución de los escaños de la Cámara de los Comunes, incrementándose una vez más los asignados a las ciudades industriales y a los condados (distritos rurales) muy poblados; en los condados, sin embargo, no podían votar los pequeños propietarios ni los jornaleros, y la aristocracia terrateniente seguía pudiendo controlar el voto - Por tanto, se trataba de una reforma eminentemente urbana, que concedió definitivamente la supremacía política a la burguesía - No obstante, en 1872 se completó la reforma de 1867 con el establecimiento del carácter secreto del voto, que dificultaba el control del electorado rural por los terratenientes IRLANDA: Acta de Unión (1801): por la que Irlanda quedaba plenamente integrada en el territorio británico, constituyéndose el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda No obstante, se suprimía la autonomía que la Isla había tenido anteriormente, desde su conquista por Oliver Cromwell; a cambio, Irlanda adquiría el derecho de representación en la Cámara de los Comunes La religión anglicana era la oficial, incluso para la mayoría católica de Irlanda, que debía por tanto pagar el diezmo a la Iglesia de Inglaterra

Los grandes propietarios eran ingleses, así como los colonos protestantes que se habían ido estableciendo en la región irlandesa de Ulster En Irlanda, había una compleja situación de dominación de la población local, católica, por una minoría protestante y con una lengua distinta; era un problema que difícilmente se podía resolver en el Parlamento de Londres, donde los representantes irlandeses nunca podían obtener una mayoría suficiente para cambiarla En la década de 1840, se produjo la grave crisis alimentaria conocida precisamente como “hambre irlandesa”, por lo que el conflicto entre irlandeses e ingleses se hizo aún más agudo. La población católica de la Isla era muy numerosa, y su situación de pobreza hacía temer una grave crisis cuando el crecimiento demográfico superase las posibilidades de producción de alimentos básicos, especialmente de la patata. Esto ocurrió precisamente en 1845. Se produjo una hambruna extrema, como consecuencia de la cual Irlanda perdió en pocos años la mitad de su población, principalmente por la emigración hacia USA En la década de 1850, el conflicto se hizo extremo, y se manifestó en: - La constitución de Fenier: una sociedad republicana formada por irlandeses exiliados - El Sinn Fein: un partido en el interior que defendía la lucha armada contra el dominio inglés, que resultaba opresivo En la década de 1860, se produjo la primera insurrección fenista en Irlanda; como consecuencia de ella, la Iglesia anglicana perdió el carácter oficial y el derecho de percepción del diezmo, mejorando temporalmente la situación de los campesinos irlandeses A principios de los años 70, hubo una nueva crisis, esta vez de tipo financiero, originada en Inglaterra por la detención de las inversiones industriales debido a su baja rentabilidad. Se trataba, una vez más, de una de las crisis financieras cíclicas del capitalismo desarrollado. A pesar de su origen industrial, tuvo una gran repercusión en la agricultura, y fue causa de un nuevo empobrecimiento del campesinado irlandés. Se organizaron otra vez grupos armados, cuya acción estaba coordinada con la política de los representantes irlandeses en la Cámara de los Comunes. El gobierno liberal de Gladstone emprendió una modesta reforma agraria, que protegía moderadamente a los agricultores irlandeses arrendatarios frente a los abusos de los propietarios, mayoritariamente ingleses No obstante, la insurrección había adquirido ya un carácter político, al tener como objetivo la independencia; por tanto, la violencia continuó. Bajo el siguiente gobierno conservador, se entablaron negociaciones secretas destinadas a implantar una autonomía política similar a la existente en Canadá; pero su conocimiento público antes de cerrarse el acuerdo las hizo fracasar, y se produjo el rechazo popular en Inglaterra a cualquier acuerdo con los insurgentes, optándose por tanto por tratar el problema irlandés no como una cuestión nacional, sino como un asunto de orden público La autonomía no fue concedida hasta 1914; pero entonces el fenismo ya estaba completamente decidido a conseguir la independencia.

lunes, 1 de marzo de 2010

EL LIBERALISMO Y EL NACIONALISMO: LOS NUEVOS MOVIMIENTOS IDEOLOGICOS

Como se ha dicho anteriormente, la restauración dejaba fuera del sistema político los dos grandes movimientos ideológicos asociados a la Revolución francesa y extendidos por toda Europa durante el período napoleónico: el liberalismo y el nacionalismo
Estas corrientes de pensamiento serían los fundamentos intelectuales de los grandes procesos revolucionarios que acabarían con la restauración, en los años 1830 y 1848.
EL LIBERALISMO:
El primero de estos movimientos fue el liberalismo
Su base es la garantía de las libertades y los derechos individuales, que no deben estar sometidos a ningún poder absoluto o arbitrario
Por tanto, la estructura política trata de limitar todos los poderes, en un complejo sistema de soberanía colectiva
El titular de la soberanía es el pueblo, denominándose principio de soberanía nacional o popular
Esta autoridad se ejerce a través de un sistema parlamentario representativo
El parlamento tiene en exclusiva el poder legislativo; además, tiene una función muy importante de control del poder ejecutivo, el cual debe contar con la confianza del parlamento y por tanto proceder de la corriente mayoritaria de éste
Las leyes elaboradas por el parlamento son interpretadas por los jueces. Se establece, por tanto, la separación de poderes
Los ciudadanos son iguales ante la ley, sin que se mantengan los privilegios, y no están sometidos a otra autoridad que la de las leyes. Estas leyes deben ser escritas, y emanan de una constitución que regula los principios y derechos básicos y la estructura general del sistema político
El rey no tiene función legislativa, aunque puede compartir la ejecutiva con el gobierno, pero de acuerdo con el principio de control parlamentario
La vida política se desarrolla en el parlamento y los partidos; y no en el palacio o en los círculos aristocráticos
Los partidos son agrupaciones de ciudadanos que comparten unos objetivos o programa políticos; su precedente inmediato eran los clubes constituidos durante la Revolución francesa
El liberalismo tiene implicaciones adicionales en otros aspectos al margen de la actividad política estricta. Así, los derechos personales incluyen la libertad de pensamiento, expresión y prensa
En el campo económico, el liberalismo condena la intervención del Estado, en su idea de limitar todo lo posible el ejercicio del poder
La doctrina de no intervención en asuntos económicos se denomina laissez faire. Según este principio, el Estado no debe interferir en las relaciones económicas y sociales
Puesto que esta idea se consolida en pleno proceso de Revolución industrial, el Estado liberal quedaba incapacitado para regular o moderar la que estaba siendo la transformación económica y social más importante de la historia humana desde el Neolítico; y, puesto que esta inhibición permitiría que se instaurase una situación de grave injusticia social, surgirían nuevos movimientos ideológicos que condenarían la no intervención en estas cuestiones, y que cuando el Estado liberal se consolidase a mediados del siglo XIX, adquirirían un carácter revolucionario para derribarlo
El liberalismo es, por tanto, una ideología burguesa, basada en la igualdad jurídica y la desigualdad social. Así, por ejemplo, el principio de soberanía nacional no implica el sufragio universal, puesto que para ejercer este derecho durante el siglo XIX, se requería un nivel mínimo de riqueza o formación intelectual (sufragio censitario y, además, masculino)
EL NACIONALISMO:
Si el liberalismo desarrolló un corpus doctrinal completo y racional, no lo hizo así el nacionalismo
De formulación compleja, en la que intervinieron importantes intelectuales (principalmente alemanes)
Su pensamiento tiende a basarse en conceptos vagos o con gran componente sentimental, lo que dio lugar a diferentes interpretaciones del nacionalismo, según se destacasen más unos aspectos u otros
Los elementos fundamentales que definen la nación son étnicos, culturales y lingüísticos, especialmente durante el romanticismo de mediados del siglo XIX
La lengua, en particular, es una característica primordial, y se considera una de las máximas expresiones del pueblo
Al pueblo precisamente hace el nacionalismo una apelación esencial, puesto que durante la primera etapa de su desarrollo este movimiento se identificó con el liberalismo, como formas de resistencia a la opresión de las naciones por las monarquías restauradas; tendía, por tanto, a producirse una identificación del pueblo y la nación
Más adelante, en el nacionalismo irían prevaleciendo las definiciones de tipo étnico frente a las de tipo popular; y el énfasis en los conceptos raciales constituiría una causa de preocupación e inestabilidad, habida cuenta de sus implicaciones excluyentes, que tendieron a predominar sobre todo en la segunda mitad del siglo XIX
En cuanto a la organización política, el nacionalismo promueve la autodeterminación de las naciones definidas según los criterios comentados
El Estado debe coincidir con el territorio históricamente ocupado por la nación, y no estar sujeto a autoridades exteriores a ésta
Por este motivo, el nacionalismo fue una fuerza muy importante de oposición a las monarquías absolutas, cuyos principales ejemplos (Austria, Rusia) eran Estados plurinacionales; además, la restauración y el sistema de congresos se habían basado en la distribución de territorios y población entre los Estados atendiendo principalmente al equilibrio de fuerzas

LOS SISTEMAS CONSTITUCIONALES - LA CARTA OTORGADA

Durante la vigencia del sistema de congresos, había tres modelos de estructura política en Europa: el parlamentario, el absoluto y el de carta otorgada

EL SISTEMA PARLAMENTARIO:

Su máximo ejemplo era Gran Bretaña,y estaba basado en la soberanía compartida entre el rey y un parlamento que representaba a la nación.
Garantizaba los derechos personales y la participación política de los diferentes grupos sociales.
El poder ejecutivo, ejercido por el rey, estaba limitado

EL MODELO ABSOLUTISTA:

El más característico del Antiguo Régimen, se mantuvo durante la primera mitad del siglo XIX en Estados como Austria, Prusia y Rusia, siendo esta última su ejemplo más completo
Consistía en el mantenimiento de la soberanía exclusivamente por el rey, que la ejercía de forma absoluta y sin ningún tipo de control o límite; este modelo político estaba representado principalmente por la Santa Alianza
Ahora bien, el zar Alejandro I, como soberano del reino de Polonia y el Gran Ducado de Finlandia, trató de implantar en estos Estados un sistema político basado en el de carta otorgada
EL DE CARTA OTORGADA:
Éste, que es propio de la época de los congresos en algunos países, consistía en la formulación por parte del rey de un texto jurídico fundamental que garantizaba los derechos personales y una forma parlamentaria de representación de la nación
Sin embargo, el rey otorgaba este documento en ejercicio de su plena soberanía
La base del sistema era la negación del principio liberal de soberanía nacional
El parlamento, por tanto, aunque representaba a la nación, solo tenía función consultiva, y ejercía un limitado control sobre el gobierno nombrado por el rey, pero no sobre este último, que no era responsable jurídicamente
El ejemplo característico del régimen de carta otorgada fue el de Francia, bajo Luis XVIII

EL SISTEMA DE CONGRESOS Y LA RESTAURACIÓN

En el Congreso de Viena se inició un procedimiento peculiar de resolución de conflictos internacionales, que tuvo vigencia durante la primera parte del siglo XIX.
Este sistema, además de cuestiones territoriales, debía resolver los problemas asociados al conflicto entre revolución y restauración. Tenía, por tanto, fundamentos ideológicos, siendo los más importantes:
LEGITIMIDAD:
Principio que pretende la restauración de monarquías históricas, en particular los Borbón en Francia Pero la legitimidad implicaba también el ejercicio pleno de la soberanía por parte de estos monarcas restaurados, habida cuenta de que su poder era de origen divino, y no dependía de procesos circunstanciales (e.j. el de Bonaparte)
Se eliminaba, por tanto, la posibilidad de la soberanía nacional
RESPONSABILIDAD INTERNACIONAL DE LAS POTENCIAS:
Estas debían comprometerse claramente con el orden territorial y político establecido mediante el sistema de congresos
La responsabilidad global era colectiva, y cada Estado debía contribuir proporcionalmente a su poder
Los conflictos se debían resolver mediante congresos, y no mediante la guerra, teniendo en ellos también cada Estado una influencia proporcional a su potencia
Este principio implica la condena de la guerra como medio de resolución; y aunque no ha eliminado el recurso a la guerra, ha sido fundamental en las relaciones internacionales desde entonces
La intervención de las distintas potencias para restaurar el orden subvertido en algún Estado quedaba legitimada, pues el equilibrio interior afectaba al internacional, como demostraba el proceso revolucionario en Francia (es la justificación de la campaña de los Cien Mil Hijos de San Luis)
A continuación se analizarán los congresos celebrados bajo estos principios después de Viena. Estos congresos se inspiraban en el pensamiento restaurador anteriormente analizado, asociado generalmente con la Santa Alianza; pero supusieron un precedente importante para la diplomacia futura.
En el Congreso de Viena, las potencias acordaron celebrar reuniones en el futuro para velar por el cumplimiento del tratado y para ocuparse de las nuevas cuestiones, a medida que fueran presentándose. El resultado fue un buen número de congresos de las grandes potencias, que tuvieron importancia como paso experimental hacia la regulación internacional de los asuntos de Europa. Los congresos se parecían, a modo de tentativa y parcialmente, a la Sociedad de Naciones que surgió después de la Primera Guerra Mundial de 1914-1918, o a las Naciones Unidas que surgieron durante y después de la guerra de 1939-1945. En 1815, alarmadas tras el retorno de Napoleón, las potencias habían suscrito también la Santa Alianza de Alejandro I, que pasó a ser la denominación popular de la colaboración de los estados europeos en los congresos. La Santa Alianza, que comenzó con una declaración de propósito cristiano y de concordia internacional, fue convirtiéndose, gradualmente, en una alianza para la supresión de la actividad revolucionaria e incluso de la liberal, siguiendo, en este sentido, la tendencia de los gobiernos que la formaban.
EL CONGRESO DE AQUISGRÁN (1818):
El motivo de su convocatoria fue la retirada de los ejércitos aliados de ocupación de Francia, que dificultaban la aceptación popular de Luis XVIII al apoyarse en tropas extranjeras. Todas las potencias aceptaron su retirada antes del plazo fijado en la segunda Paz de París.
De nuevo se discutió la actuación frente a amenazas hegemónicas o procesos revolucionarios. Rusia incluso propuso la creación de una fuerza militar estable para la intervención en estos casos, con la cual los soberanos tendrían garantías de estabilidad suficientes para no necesitar reprimir las ideas liberales, y poder por tanto otorgar cartas constitucionales (cosa que Alejandro I estaba dispuesto a hacer en Finlandia y Polonia, pero no precisamente en Rusia).
Pero Gran Bretaña rechazó esta propuesta, prefiriendo la decisión puntual ante cada contingencia concreta, tal como había ocurrido durante todo el proceso revolucionario e imperial francés.
El mismo problema de autonomía de los Estados ante los compromisos internacionales planteaban dos cuestiones relacionadas con la navegación marítima: el tráfico de esclavos y la piratería:
- Para impedir ambas actividades, se necesitaba una gran flota, que solo Gran Bretaña tenía - Pero someter esta flota a regulaciones u órganos internacionales limitaba la soberanía británica; y las demás potencias temían que la autorización de la flota británica para las actividades coactivas necesarias para resolver los dos problemas mencionados diera a este país un control absoluto del mar - Por tanto, ninguno de los problemas marítimos se pudo resolver - De hecho, el comercio esclavista siguió aumentando, favorecido por la creciente demanda de algodón
EL CONGRESO DE TROPPAU (1820):
En 1820, se produjeron movimientos liberales en España y Nápoles, que obligaron a los monarcas de ambos Estados a jurar sendas constituciones: la de Cádiz en España y una similar en Nápoles
Para las monarquías absolutas, esto implicaba nuevos brotes revolucionarios que debía sofocarse inmediatamente, puesto que podían extenderse fácilmente como había ocurrido con el proceso francés.
Además, Austria aspiraba al control completo de Italia, y como Estado absolutista no podía tolerar allí una monarquía constitucional. Por tanto, Metternich convocó un nuevo congreso en Troppau, al que asistieron las cinco grandes potencias (Austria, Rusia, Prusia, Gran Bretaña y Francia):
- Rusia, Alejandro I había defendido que los súbditos debían recibir garantías constitucionales mediante el sistema de carta otorgada; pero que éstas en ningún caso debían ser impuestas por movimientos revolucionarios, lo que equivalía a la soberanía nacional, habida cuenta de que la única soberanía legítima era la del monarca. Puesto que él mismo, como rey de Polonia, había fracasado en su intento de implantar este sistema debido a la reivindicación de la soberanía nacional por los polacos, ahora aceptaba finalmente la tesis de Austria de que la monarquía debía ser absoluta e ilimitada
- Prusia defendía el mismo principio
- Gran Bretaña y Francia, sin embargo, rechazaron una posible obligación de intervenir contra procesos políticos internos de otros Estados
Por tanto, Austria, Prusia y Rusia acordaron la intervención contra el constitucionalismo napolitano, la cual fue ejecutada por Austria en nombre de las tres monarquías absolutas. Siendo éstas precisamente las integrantes de la Santa Alianza, en adelante la acción de los congresos sería identificada con la misión reaccionaria que aquélla tenía.
El Protocolo de Troppau: firmado por Austria, Prusia y Rusia, se comprometían a intervenir militarmente contra los procesos revolucionarios en cualquiera de los Estados europeos reconocidos por el sistema de congresos EL CONGRESO DE VERONA (1822): los Cien Mil Hijos de San Luis y la doctrina Monroe
Durante el dominio francés de España, varias comunidades hispanoamericanas habían comenzado su independización de la metrópolis, tomando como ejemplo las revoluciones angloamericana y francesa; al objetivo de la emancipación nacional unían, por tanto, el de la abolición del Antiguo Régimen.
Estos movimientos fueron parcialmente derrotados al finalizar las guerras napoleónicas, pero se reanudaron inmediatamente. En España, hubo entre 1820 y 1823, un régimen liberal que había conseguido que Fernando VII jurase por segunda vez la Constitución de 1812, tras haber traicionado el mismo juramento anteriormente.
Otro problema surgido en la misma época fue el de la emancipación griega. Un movimiento nacional y liberal se desarrolló desde Rusia, con el objetivo de conseguir la sublevación general de los griegos contra el Imperio otomano. Pero este movimiento no tuvo mucho apoyo social; el mismo Alejandro I, que hubiera podido ejercer una gran influencia sobre un nuevo Estado griego, renunció a ello en defensa de la solidaridad internacional de los soberanos contrarrevolucionarios.
Estos fueron los asuntos tratados por el Congreso de Verona.
En cuanto a las colonias españolas en América:
- Alejandro I propuso la intervención, de acuerdo con el Protocolo de Troppau - Gran Bretaña lo rechazó, pues sus intereses comerciales estaban bien instalados en Hispanoamérica, y podían beneficiarse aún más mediante acuerdos bilaterales con Estados independientes - Como la intervención militar contra América dependía de la colaboración o neutralidad de la flota británica, al rechazar Gran Bretaña la propuesta rusa, ésta no se pudo desarrollar, y las repúblicas hispanoamericanas consolidaron su independencia - Precisamente debido a la posibilidad de Gran Bretaña de intervenir en América, el presidente de Estados Unidos, James Monroe, formuló en 1823 la doctrina que lleva su nombre - La doctrina Monroe (1823): Estados Unidos consideraría actos hostiles cualesquiera mediante los que las potencias europeas, incluida Gran Bretaña, intentasen restaurar la situación colonial en América
Es interesante contraponer el Protocolo de Troppau y la doctrina Monroe:
- El Protocolo de Troppau: buscaba la intervención solidaria contra los procesos revolucionarios
- La doctrina Monroe: impedía que los Estados europeos interviniesen cuando estos procesos tuviesen lugar en América
En cuanto a la España metropolitana:
El régimen liberal permitió que el país fuese refugio de liberales y revolucionarios perseguidos en otros
Por ello, Luis XVIII propuso al Congreso la intervención de Francia en nombre de éste
Aprobada la propuesta, el ejército francés denominado los Cien Mil Hijos de San Luis (1823), penetró en España derribando el régimen liberal y restaurando el absolutismo en beneficio de Fernando VII
El monarca español había pedido a Luis XVIII la intervención Fernando VII, traicionó una vez más el juramento constitucional, dando fin al Trienio Laboral
EL FINAL DEL SISTEMA DE CONGRESOS:
El Congreso de Verona fue el último de los celebrados.
El sistema no había funcionado para asegurar colectivamente el orden internacional, puesto que cada potencia había defendido en todo momento sus propios intereses:
- Austria y Francia, defendían la represión de los movimientos revolucionarios en los países sobre los que pretendían ejercer su influencia (Nápoles y España)
- Gran Bretaña defendía su autonomía en política exterior y marítima, sin aceptar compromisos a largo plazo
Los congresos se habían convertido en un medio de las monarquías absolutas de legitimar la persecución de los movimientos nacionales y liberales allí donde se producían; pero precisamente estos movimientos eran las ideologías emergentes de la época, y estaban quedando excluidos del sistema político de las monarquías absolutas.
Por el contrario, Gran Bretaña y Francia tendían a acercarse al liberalismo, especialmente en los aspectos económicos.
Francia incluso llegó a abandonar la Santa Alianza.

EL CONGRESO DE VIENA

EL CONGRESO DE VIENA Y LOS ACUERDOS DIPLOMÁTICOS RELACIONADOS CON ÉL: 1814-1815
El Congreso de Viena es uno de los cuatro actos diplomáticos con los que se cerró el período napoleónico, volviéndose, en política internacional, al principio del Antiguo Régimen de equilibrio entre las potencias europeas, así como al otro principio de constitución patrimonial y no nacional de los Estados
Estos cuatro actos, celebrados entre 1814 y 1815, fueron los siguientes:
La primera Paz de París El Congreso de Viena La constitución de la Santa Alianza La segunda Paz de París
En el transcurso de estos actos, se produjo el regreso de Bonaparte y la proclamación del llamado IMPERIO DE LOS CIEN DIAS, que terminó con la Batalla de Waterloo (1815).
Los asuntos a tratar en estas negociaciones eran básicamente:
Las condiciones de paz impuestas a Francia
La reorganización de los antiguos Estados desaparecidos por su ocupación (fundamentalmente del territorio del antiguo Sacro Imperio Romano Germánico)
El establecimiento de garantías internacionales contra nuevos procesos revolucionarios
La primera Paz de París (1814):
Fue firmada poco después de la entrada de los ejércitos ruso y prusiano en Francia. Por ella, se restauraba en el trono francés a los Borbón, en la persona de Luis XVIII.
Bonaparte fue obligado a abdicar, pero recibió garantías personales mediante la creación del reino de la isla de Elba, donde fue confinado.
Francia volvió casi a las fronteras previas a las guerras revolucionarias, aunque con la consolidación de algunas ganancias (Saboya, Aviñón). A lo largo de su frontera oriental se constituía una serie de Estados independientes que sirviese de garantía a las potencias de Europa central:
El reino de los Países Bajos, al que ahora se incorporaban los antiguos territorios austríacos de Bélgica, y con la dinastía Orange en el trono
El reino de Cerdeña, al que se asignaba también el antiguo territorio de la república de Génova
Austria recibió todo el territorio lombardo y veneciano
Prusia, a su vez, la orilla izquierda del Rin. Esta última era quizá la pieza clave, puesto que ahora se extendía de forma discontinua por todo el territorio alemán, desde la frontera rusa a la francesa, debiendo servir de contención a ambas potencias
El Congreso de Viena (1814):
Convocados por el emperador de Austria, se reunieron en Viena representantes de las cuatro grandes potencias victoriosas (Austria, Rusia, Gran Bretaña y Prusia); a ellas se añadió posteriormente la misma Francia, como pieza fundamental del equilibrio europeo.
Los restantes países constituirían en adelante pequeñas potencias, y solo tendrían una función secundaria en las decisiones capitales; no obstante, estuvieron todos representados.
Hubo incluso participantes en nombre de los principados desaparecidos del Sacro Imperio Romano Germánico, que pedían la restauración de éste, cosa que nunca se llegó a realizar. Los principales miembros del Congreso fueron:
• Castlereagh por Gran Bretaña • Metternich por Austria • El zar Alejandro I por Rusia • Hardenberg por Prusia • Talleyrand, ahora ministro de Luis XVIII, por Francia
Uno de los problemas principales fue la organización de Polonia y Sajonia:
• La primera debía recomponerse, debido a la desaparición del Gran Ducado de Varsovia, integrado en el sistema continental de Bonaparte
• Rusia defendía la restitución del territorio polaco, pero ejerciendo Alejandro I, la soberanía, tal como ya ocurría en el Gran Ducado de Finlandia
• Para esta restitución, Austria y Prusia debían devolver sus territorios polacos; Prusia podía aceptarlo a cambio de obtener completamente el reino de Sajonia, que era un país a distribuir por haber sido su soberano uno de los más fieles colaboradores de Bonaparte
• Pero esta solución inquietaba a Austria porque significaba el predominio prusiano en Alemania, así como la hegemonía rusa en Europa (Austria era rival de Rusia en los Balcanes)
• Para Austria era necesario contener a Prusia y Rusia, objetivo que compartía con Gran Bretaña y Francia. Por ello, durante las sesiones del Congreso, constituyeron en secreto la Triple Alianza, por la que se comprometían a la intervención militar contra Prusia y Rusia para impedir su hegemonía
• Esta alianza implicaba, la vuelta de Francia como potencia europea y la ruptura de la Gran Coalición
• No obstante, la necesidad de la paz y el equilibrio facilitaron un acuerdo entre todas las grandes potencias: Polonia conservaría aproximadamente el territorio del Gran Ducado de Varsovia, sin reintegración de las zonas prusiana y austríaca, y con Alejandro I en el trono; y Sajonia pasaría solo parcialmente a Prusia, manteniéndose un reino independiente en el territorio restante
Al mismo tiempo se trataban otros asuntos:
• La regulación internacional de la navegación fluvial
• La abolición del comercio de esclavos, la cual fue aprobada pero no tuvo aplicación inmediata
• Se restauraron también los Estados Pontificios
• El reino de Nápoles fue cedido nuevamente a los Borbón (quienes recuperaban sus tres coronas: Francia, España y Nápoles)
Los acuerdos del Congreso de Viena no restauraban, sin embargo, el Antiguo Régimen tal como había sido antes del Revolución francesa, siendo ejemplo de ello:
• La consolidación de ideas como la de la obligación de los gobiernos de proteger a sus súbditos, como se reflejará en la Santa Alianza
• La otorgación de cartas de tipo constitucional por parte de los monarcas, que garantizaban ciertos derechos civiles y alguna forma de representación nacional en el parlamento
Cartas de tipo constitucional:
• No se trataba de documentos ni principios emanados de la soberanía nacional, la cual era negada en la restauración
• No se aceptaba el principio nacionalista de identidad del Estado y la nación; los pueblos se transferían de unos gobiernos a otros simplemente para asegurar el equilibrio de fuerzas entre las potencias
• Los principios democráticos eran igualmente rechazados
• Ahora bien, las ideas que los congresistas rechazaron (el nacionalismo, la democracia y el liberalismo político) fueron precisamente las más dinámicas durante el siglo XIX, y las que irían paulatinamente desmantelando el orden de Viena a través de varios procesos revolucionarios generalizados (1830, 1848)
En cuanto al equilibrio de potencias, éste se mantuvo esencialmente en Europa continental, hasta que se desarrollaron procesos tan importantes como:
• Las unificaciones de Alemania e Italia
• El imperialismo mundial
• Impidiendo una gran guerra europea durante un siglo (1814-1914) La Santa Alianza (1815): Rusia, Austria y Prusia
Ésta fue constituida por los monarcas Alejandro I (Rusia), Francisco I (Austria) y Federico III (Prusia), bajo la invocación de la Trinidad. El pacto:
• Definió ideológicamente la restauración en Europa continental, alejándose de las regulaciones concretas del Congreso de Viena y los dos tratados de París
• Optó por una formulación teológico - política de las obligaciones de los soberanos entre sí y para con sus súbditos
• Era un acuerdo interesante para Austria, que por su carácter plurinacional podía contra con la asistencia de los otros dos firmantes para impedir el desarrollo nacionalista en sus territorios; además, el carácter cristiano del pacto podía facilitar ayuda también contra el Imperio otomano, con el que también Rusia mantenía aún disputas territoriales
• Garantizaba la intervención de los firmantes contra los procesos revolucionarios en otros países. Esta posibilidad de injerencia inquietaba no solo a los pueblos integrados en estos tres Estados, sino también a otras potencias como Gran Bretaña
• Incluso el papado rechazó el acuerdo, a pesar de su invocación cristiana
Finalmente, los liberales y revolucionarios consideraron que el tratado era reaccionario, puesto que su objetivo fundamental era el mantenimiento del absolutismo monárquico: de hecho, una de las concreciones más importantes de la Santa Alianza fue la intervención, en 1823, de Francia (adherida entonces al tratado) para detener el proceso liberal en España
No obstante, la Cuádruple Alianza estableció la solidaridad con Gran Bretaña:
• Sería Gran Bretaña, precisamente, quien más capacidad de decisión tendría en los conflictos internacionales de las décadas siguientes
• Para los británicos el equilibrio continental era la mayor garantía de su superioridad marítima
• Además de la constitución de Hannover en reino, con la dinastía británica en el trono (lo que le daba presencia en el continente), Gran Bretaña había obtenido plazas costeras e isleñas que aseguraban su dominio del mar en el noroeste de Europa, el Mediterráneo y el ámbito colonial. El Imperio de los Cien Días; la segunda Paz de París y la Cuádruple Alianza (1815):

En este contexto, Bonaparte regresó a París, y se proclamó de nuevo emperador con el apoyo de los revolucionarios franceses, descontentos con la restauración de algunos aspectos del Antiguo Régimen por Luis XVIII, proclamando el llamado Imperio de los Cien Días

Nuevamente, el ejército francés, al mando de Bonaparte, emprendió la conquista de Bélgica, pero en la Batalla de Waterloo (1815), fue derrotado por un ejército aliado comandado por el Duque de Wellington. Por segunda vez se restaura en el poder al monarca Luis XVIII como Rey de Francia, siendo Napoleón confinado a la isla de Santa Helena, pero sus ideas liberales resurgirían un tiempo después

La consecuencia inmediata fue la desaparición de la figura de Napoleón y su imperio, y el predominio de las potencias aliadas tras el Congreso de Viena, deseosas de restaurar el antiguo régimen del absolutismo monárquico y enfrentar toda idea liberal

El nuevo tratado (la segunda Paz de París) fue más duro para Francia:

• Ahora sí se impusieron sanciones económicas

• Principalmente Prusia aspiraba a recibir Alsacia y Lorena, pero Austria se oponía para no incrementar la importancia prusiana en Alemania

• Parte del territorio francés sería ocupado militarmente por los aliados durante varios años, para impedir un nuevo proyecto imperialista y asegurar el pago de las sanciones de guerra

• Se impuso a Francia la devolución del patrimonio artístico tomado durante las guerras imperiales

• Para una parte del pueblo francés, la ocupación militar aliada (con los abusos que a menudo implica esto) fue una humillación nacional que se identificaba con la restauración borbónica; lo que desarrolló el mito heroico de Napoleón, relacionado con la abolición del Antiguo Régimen y el prestigio nacional

• Esto era precisamente lo que había intentado evitar la primera Paz de París, procurándose entonces no humillar excesivamente a Francia. Ahora, la idea revolucionaria y la imperial volvían a estar unidas para una parte de los franceses

• Y se vinculaba a la figura de Napoleón, contra la decisión de los aliados, que constituyeron la (Gran Bretaña, Austria, Prusia y Rusia) para garantizar el cumplimiento de la segunda Paz de París y que no volviese a gobernar un Bonaparte en Francia

sábado, 27 de febrero de 2010

EL FIN DEL SISTEMA CONTINENTAL DE BONAPARTE

El sistema continental, era la forma política que Bonaparte había dado a los distintos territorios controlados por Francia en Europa continental
Una pieza clave en este sistema, era Rusia, por su potencial militar; pero ésta no estaba satisfecha con la alianza francesa, por distintos motivos:
  • Porque no le había proporcionado ayuda en su propia guerra con el Imperio otomano
  • Porque no convenía a Rusia la protección francesa de Polonia (a través del Gran Ducado de Varsovia, parte del sistema continental), ni la alianza matrimonial de Bonaparte con la familia imperial austríaca
  • Y sobre todo porque el sistema continental implicaba la desaparición del comercio con Gran Bretaña (aunque ésta nunca fue completa), lo que perjudica a la economía rusa

Así pues, en 1810 Rusia abandonó el sistema continental y restauró el comercio con Gran Bretaña; lo que motivó la invasión francesa de Rusia, que Bonaparte ejecutó con un ejército plurinacional. Fue a partir de esto cuando se constituyó la Gran Coalición (1813-1814).

Pero hubo diferencias entre los aliados en cuanto a como reorganizar Europa tras la derrota Francesa:
  • Rusia y Austria pretendían, cada una por un lado, que en el futuro Francia dependiese de ellas, independientemente de que mantuviese o no los territorios anexionados y de la continuidad en el poder de Bonaparte
  • Gran Bretaña, en cambio, exigía la liberación de Bélgica, y la expulsión de Bonaparte, prefiriendo además la restauración de los Borbón

No obstante, entre los aliados permanecía el temor ante la potencia demostrada por Francia en los años precedentes, por lo que Metternich, en nombre de Austria, presentó, las Propuestas de Francfort (1813):

  • Bonaparte continuaría como emperador y Francia conservaría la orilla izquierda del Rin y Bélgica
  • Pero Gran Bretaña aún sostenía entonces la guerra, y además era el soporte financiero de la coalición; y por tanto, pudo imponer a los aliados sus propios objetivos de guerra
  • Como resultado de ello se firmó la Cuádruple Alianza
La Cuádruple Alianza (1814): Gran Bretaña, Rusia, Prusia y Austria
  • Estas naciones firmaron el Tratado de Chaumont, por el que se constituía la cuádruple Alianza
  • Todas ellas se comprometían durante 20 años a cooperar contra Francia e intervenir militarmente para asegurar las condiciones de paz que se acordasen tras la guerra presente
  • Los resultados inmediatos fueron la derrota de Francia y la abdicación de Bonaparte

En Francia hubo un debate sobre el nuevo régimen político, después de 25 años de experimentar distintos:

  • Las tendencias principales eran la república y la restauración borbónica
  • La Cuádruple Alianza proponía la restauración borbónica, y en Francia lo defendía Talleyrand
  • Se personificaría en Luis XVIII, quien, como sucesor natural de la antigua dinastía, provocaría menos enfrentamientos que las otras alternativas, y ofrecía a los aliados la garantía de no pretender recuperar las conquistas de la República o el Imperio
  • Su proyecto de gobierno, esta vez, ya no fue como en tiempos de la revolución la restauración del absolutismo, sino el otorgamiento de una carta constitucional que garantizaba los derechos personales y la participación en las instituciones del Estado de la elite social

En 1814, por el primer Tratado de París, Francia volvía a las fronteras anteriores a las guerras revolucionarias e imperiales, salvo algunas excepciones puntuales; pero sin estar obligada al pago de indemnizaciones ni deudas de guerra.

Con ello los aliados pretendían evitar la inestabilidad de la monarquía restaurada. Quedaban numerosas cuestiones pendientes, para las que los aliados decidieron convocar lo que se denominaría el Congreso de Viena.
Rusia y Gran Bretaña excluyeron de los asuntos a tratar en él sus respectivos intereses territoriales:
  • Los de Rusia eran fundamentalmente las recientes conquistas en el Cáucaso y Finlandia
  • Los de Gran Bretaña eran antiguos territorios coloniales de otras potencias (Holanda y Francia) y los nuevos adquiridos (India); sobre estas colonias decidirían exclusivamente los británicos, así como sobre sus derechos de expansión hacia el O. en Norteamérica, donde entraría en concurrencia con USA
  • Además, para fomentar el comercio marítimo entre todos sus territorios (y con las colonias españolas en proceso de independencia), Gran Bretaña reivindicaba la liberación jurídica de la navegación, y procuraba mantener una amplia superioridad naval que duraría un siglo (1814-1914) y fue la base de su imperio colonial

LA REVOLUCIÓN LIBERAL DE LAS CORTES DE CADIZ - CONSTITUCIÓN DE 1812

Antes de que terminara la guerra de independencia , tuvo lugar en Cádiz la revolución liberal española El momento inicial de ésta debe situarse en septiembre de 1810, cuando la Regencia que sustituye a la Junta Central mandó reunir Cortes en Cádiz, no por estamentos sino al estilo de la revolucionaria Asamblea francesa de 1789, es decir, en Cámara única y voto por cabeza Las Cortes de Cádiz, como aquella Asamblea, trabajaron por desarticular el Antiguo Régimen y crear las bases del sistema liberal español; ello mediante cuatro grupos de reformas:
Reforma política: llevada a cabo entre 1810 y 1811, tuvo como puntos básicos: - La proclamación de la soberanía nacional - La promulgación de la separación de poderes (legislativo, ejecutivo y judicial) - La concesión de algunas libertades, como la de imprenta - La aprobación de la Constitución de 1812, conocida como LA PEPA, y donde quedaron reflejados los anteriores principios Reforma administrativa: - Se buscó centralizar y racionalizar los organismos e instituciones del país - Se sustituyo la división de España en reinos por una nueva división en provincias - Ahora con su jefe político o gobernador civil y una Diputación provincial en cada una Reforma social: - Ejecutada entre 1811 y 1813, pretendió conseguir la liquidación del orden estamental - Se declaró la igualdad absoluta de todos los hombres ante la ley - Se abolieron las instituciones del Antiguo Régimen, suprimiéndose las pruebas de nobleza y todos los privilegios señoriales - La supresión de la Inquisición y del diezmo, provocó la ruptura diplomática con la Santa Sede y les atrajo la enemistad de una gran parte del clero Reforma económica: - Se logró regularizar y centralizar la Hacienda y liberalizar la economía, suprimiendo los antiguos privilegios corporativos - Se abolieron la Mesta, las aduanas y los gremios - Se liberalizaron el comercio y los precios, sentando las bases de una economía de libre mercado - La Hacienda Pública se organizó a través de una Caja única que debía recoger todos los ingresos del Tesoro y redistribuirlos de acuerdo con las necesidades del país La obra de las Cortes de Cádiz fue verdaderamente revolucionaria y la Constitución de Cádiz de 1812, fue tomada como modelo por las de Portugal, Grecia, Nápoles, Piamonte, Polonia y varias repúblicas americanas, convirtiéndose en el símbolo de los nuevos tiempos Pero a la hora de llevarla a la práctica se pondrían de manifiesto las distorsiones entre la fórmula legal y la realidad nacional; distorsión que permitió a Fernando VII anularla sin demasiados esfuerzos en cuanto pisó nuevamente territorio español

GUERRA DE LA INDEPENDENCIA ESPAÑOLA (1808 - 1814)

Con el levantamiento en Madrid (2 de mayo de 1808) de la multitud congregada ante el Palacio Real, cuando los franceses pretendían llevarse a la fuerza al infante Francisco de Paula, todavía un niño y hermano menor de Fernando VII, para trasladarlo a Bayona, comenzó la Guerra de Independencia que involucró a la totalidad del territorio español La sublevación en Madrid fue fácilmente dominada por las infinitas superiores fuerzas francesas. Sin embargo, el 2 de mayo se convirtió en un símbolo de la oposición popular a la autoridad oficial, sometida a los designios de Napoleón
El ejemplo madrileño cundió en el resto de España. Cuando se hicieron públicas las abdicaciones de Bayona, el resentimiento popular contra los franceses se tradujo en la defensa de los derechos de Fernando VII El vacío de poder, motivado por la desconfianza en las autoridades locales que se suponían leales a los franceses, provocó el recurso a las instituciones del Antiguo Régimen: - La Junta General del Principado de Asturias - La Diputación del Reino de Galicia - Las Cortes de Aragón - Y donde no existían se crearon Juntas Provinciales, que más tarde delegarían en una Junta Central, establecida primero en Aranjuez, después en Sevilla y finalmente en Cádiz La consigna era expulsar a los franceses del territorio nacional. Las Juntas se pusieron en contacto con los ingleses, que enviaron armas y dinero. Más tarde, desembarcarían un ejército en Portugal, abriendo un nuevo frente de ataque contra Napoleón La lucha contra Napoleón pasaría por tres etapas o fases:
1ª FASE (junio 1808-noviembre 1808): Tras los alzamientos de mayo, fueron los franceses quienes, amparándose en su mejor organización y superioridad numérica, iniciaron una ofensiva en gran escala para apoderarse rápidamente del país Sin embargo, los planes fracasaron, gracias al heroísmo de algunos contingentes españoles, pero sobre todo a la concepción estratégica utilizada por Napoleón, que dejó en poder de los sublevados el control de las comunicaciones, al tiempo que obligó a sus propias fuerzas a diluirse en varios frentes de ataque Los españoles consiguieron rechazar a sus enemigos en Zaragoza, Valencia y Girona En la Batalla de Bailen (julio-1808): con un improvisado ejército regular dirigido por el general Castaños, frenaron al ejército francés que marchaba hacia el sur de España Ello provocó la salida precipitada de Madrid de José I, retirándose a Vitoria, y las tropas francesas tuvieron que replegarse hacia el norte (a comienzos de agosto de 1808, los franceses únicamente controlaban el territorio entre el Ebro y los Pirineos) Desde el punto de vista político, se constató la necesidad de organizar un poder centralizado que gobernara en nombre de Fernando VII y dirigiera la guerra En septiembre de 1808 se crea en Aranjuez la Junta Central Suprema Gubernativa del Reino, compuesta por 34 miembros representantes de las Juntas Provinciales Un mes antes (agosto-1808), en Portugal, los ingleses hacían capitular al ejército francés en Cintra 2ª FASE (noviembre 1808-enero 1810): La segunda fase comienza en noviembre de 1808 con la llegada de Napoleón a España al frente de su gran ejército (250.000 hombres), avanzando directamente hacia Madrid, donde repuso a su hermano en el trono Desde allí dirigió la gran ofensiva: obligó a la Junta Central a trasladarse a Sevilla y forzó a los ingleses (que habían desembarcado en Portugal y penetrado en Galicia en persecución de los franceses) a reembarcar en La Coruña En 1809, casi todas las ciudades y grandes rutas españolas habían pasado a ser dominadas por los franceses. Las fuerzas españolas se encontraban bajo mínimos y hasta bien entrado 1811, no se obtendrían resultados positivos. Pero en este punto suceden dos hechos de gran importancia: - La definitiva entrada de Inglaterra en la guerra - La aparición de la guerrilla: tropas de paisanos armados, perfectos conocedores del terreno, que dificultaban los movimientos del ejército francés, asaltaban sus convoyes e impedían el avituallamiento La guerrilla: si bien nunca constituyó un elemento decisivo, sí creó un ambiente tremendamente hostil hacia el ejército invasor. Algunos agrupamientos, como los mandados por Espoz y Mina, Longa o El Empecinado, llegaron a poseer la eficacia de las fuerzas regulares. Fueron a la vez el máximo exponente del carácter popular de la guerra, y del fracaso militar. Comenzaba una concepción de lucha muy distinta de la clásica y con gran futuro En enero de 1810, los franceses continuaban siendo dueños de la mayor parte de España, inclusive Andalucía (en febrero caía Sevilla, pero Cádiz se mantenía inexpugnable), coincidiendo con el cese de la Junta Central Se constituyó entonces una Regencia como gobierno de la España independiente, que organizó la convocatoria de Cortes, reuniéndose el 24 de septiembre de 1810 en Cádiz 3ª FASE (1810-1814): La acción combinada de las guerrillas y los ataques de los ejércitos regulares de España e Inglaterra (a cuya cabeza el futuro Lord Wellington) obligaron a iniciar la retirada a los franceses, sobre todo después de que Napoleón llamara de España a unos cuantos miles de hombres para enviarlos al frente de Rusia Victoria tras victoria (Arapiles, 1812; Vitoria y San Marcial, 1813), España pudo considerarse victoriosa a comienzos de 1814 frente a las fuerzas de Napoleón Quedaba todavía en manos francesas todo el este español. Hasta el 18 de abril de 1814 hubo fuerzas francesas en España, ocupando Cataluña, donde aún se encontraban cuando regresó Fernando VII en marzo de aquel año (Libre en realidad desde la firma del Tratado de Valençay) El Tratado de Valençay (diciembre de 1813): es un acuerdo firmado en la localidad francesa del mismo nombre, por el que el emperador Napoleón I ofrecía la paz y reconocía a Fernando VII como rey de España, como consecuencia de las derrotas sufridas en la Guerra de la Independencia y, especialmente, del deterioro progresivo del ejército francés y de la moral de los soldados por el continuo acoso de la guerrilla En junio de 1814, los franceses habían evacuado ya las últimas plazas españolas

viernes, 26 de febrero de 2010

ESPAÑA: GUERRA Y REVOLUCION

LA PRIMERA REVOLUCIÓN LIBERAL EN ESPAÑA: El periodo 1.808 – 1.814, primero del reinado de Fernando VII, fue trascendental para la historia de España por tres razones: - La crisis institucional - La Guerra de la Independencia contra los franceses - La Revolución Liberal operada en Las Cortes de Cádiz La crisis institucional: Napoleón, una vez proclamado emperador en 1.804, trato de imponer un dominio hegemónico, político y familiar sobre Europa. Aliado con Carlos IV, suscribieron ambos el Tratado de Fontainebleau (1.807), cuyo cumplimiento en versión del emperador no debía tener más objeto que el de autorizar la entrada de las tropas francesas en la península, para en unión de las españolas, llevar a cabo una acción conjunta contra Portugal, aliada secular de Inglaterra y opuesta a colaborar en el bloqueo continental decretado por Bonaparte contra Gran Bretaña. Sin embargo, las tropas francesas que penetraron en España no se limitaron a encaminarse hacia Portugal, sino que fueron ocupando las plazas fuertes españolas. Ante ello, el Primer Ministro Godoy intenta huir con la familia real y los órganos de gobierno a América. Pero un golpe palaciego: Motín de Aranjuez (17 – 19 de marzo de 1.808) dirigido por nobles y militares, provocó su caída y obligó a Carlos IV a abdicar en su hijo Frenando. Era la primera vez en que el derecho hereditario se veía forzado por una imposición exógena. El cambio de monarca no evitó la invasión francesa como los rebeldes esperaban, por tres motivos: 1. Carlos IV no aceptó la pérdida de la Corona realmente. 2. A consecuencia de aquello, Fernando VII, que hubo de trasladarse a Bayona con el fin de impedir que con ayuda de los franceses, su padre fuera repuesto en el trono, fue arrestado por el Emperador. 3. Sobre todo porque Bonaparte había decidido ya convertir la invasión de Portugal en ocupación de toda la península Así se llegó a la crisis institucional en las abdicaciones de Bayona, es decir, a la sustitución de los Borbones por un miembro de la familia napoleónica: José I Bonaparte El levantamiento nacional y la Guerra de la Independencia: pero Napoleón, que supuso que el pueblo español se avendría con suma facilidad tanto al cambio dinástico efectuado en Bayona como a otras reformas políticas, no estuvo acertado en aquella ocasión. Resultó que a la hora de la verdad, sólo una minoría de españoles (los afrancesados: hombres formados en la ilustración y en su mayoría intelectuales) aceptó la sustitución de Fernando VII por José I, jurando la llamada Constitución de Bayona, que había sido aprobada por una Asamblea de Notables reunida en Junio por Napoleón en aquella ciudad. La Guerra de la Independencia: comenzó con el levantamiento en Madrid, el 2 de Mayo de 1.808, de la multitud congregada ante el Palacio Real, cuando los franceses pretendían llevarse a la fuerza al infante Francisco de Paula (hermano menor de Fernando VII) para trasladarlo a Bayona. En adelante la lucha así iniciada pasaría por tres etapas diferentes: 1. La primera etapa se extiende desde mayo hasta julio del año 1.808, en el que la iniciativa correspondió casi siempre a los ejércitos franceses, pero el éxito sonrió a los españoles. Tras los alzamientos de mayo (acompañados por la deposición de las autoridades afectadas a los planes napoleónicos y por la creación espontánea en las provincias de Juntas para defender los derechos soberanos de Fernando VII), fueron los franceses quienes amparándose en su mejor organización y superioridad numérica, iniciaron la ofensiva en gran escala para apoderarse rápidamente del país. Sin embargo, los planes fracasaron gracias en parte al heroísmo de algunos contingentes españoles, pero sobre todo a la concepción estratégica utilizada por Napoleón, dejó en poder de los sublevados el control de las comunicaciones, al tiempo que tuvo que obligar a sus propias fuerzas a diluirse en los diversos frentes de ataque. Así los españoles consiguieron rechazar a sus enemigos en Zaragoza, Valencia y Gerona, y con un improvisado ejército regular dirigido por el General Castaños, derrotarlos incluso en Despeñaperros, en la ruta de la Meseta de Andalucía (Batalla de Bailén, el 19 de Julio de 1.808) 2. La segunda etapa se extiende hasta finales de 1.810, dando comienzo con la llegada a España en el otoño de 1.8087 de propio Napoleón y de 250.000 hombres. Durante esta fase se pasó por dos situaciones totalmente distintas. En la primera el éxito acompañó a los franceses gracias sobre todo a la presencia del propio Napoleón, que en una fulgurante campaña aniquiladora se apoderó de Burgos y Madrid (04.02.08), obligó a la Junta Central (que se había constituido como Gobierno único con representantes de las Juntas Provinciales) a trasladarse a Sevilla y forzó a los ingleses (que habían desembarcado en Portugal y penetrado en Galicia, en persecución de los franceses) a reembarcar en La Coruña. En 1.809, casi todas las ciudades y grandes rutas españolas habían pasado a ser dominadas por los franceses. No así en el campo, en el que proliferaron Las Guerrillas: grupos de paisanos armados, en número variable de una docena a quinientos, que han sido caracterizados por su perfecto conocimiento del terreno (de allí sería precisamente de donde surgiría la reacción que dio la tonalidad a la segunda situación a que nos referíamos). Durante ella, los franceses continuaron siendo los dueños de la mayor parte de España (incluso de Anadalucía, de la que se apoderaron en Enero de 1.810, coincidiendo con el cese de la Junta Central y la creación de una Regencia como Gobierno de la España Independiente); pero correspondió a la Guerra de Guerrillas el protagonismo del conflicto. 3. En la tercera etapa (1.810 – 1.814), la acción combinada de las guerrillas (con caudillos geniales como Merino, Espoz y Mina, El Empecinado) y los ataques de los ejércitos regulares de España e Inglaterra (a cuya cabeza se hallaba Sir Arthur Wellesley) obligaron a iniciar la retirada a los franceses, sobre todo después de haber tenido Napoleón que llamar de España a unos cuantos miles de hombres para enviarlos al frente de Rusia. Victoria tras victoria (Arapiles, Vitoria y San Marcial), España pudo considerarse victoriosa a comienzos de 1.814 frente a las fuerzas de Napoleón. Fernando VII, libre en realidad desde la firma del Tratado de Valencia (Diciembre de 1.813), regresaría al país en marzo de aquel año. La Revolución Liberal de las Cortés de Cádiz: antes de que sucediera tal hecho, ya había tenido lugar la citada revolución liberal española. El momento inicial de ésta, aparte del precedente del motín de Aranjuez y las abdicaciones de Bayona, debe situarse en Septiembre de 1.810, cuando la Regencia que sustituye a la Junta Central mandó reunir Cortes en Cádiz (no según lo establecido en la Constitución histórica española, por estamentos; sino al estilo de la revolucionaria Asamblea francesa de 1.789, en Cámara Unica y voto por cabeza). Las Cortes Gaditanas, como aquella Asamblea, trabajaron por desarticular el Antiguo Régimen y crear las bases del sistema liberal español, todo ello mediante cuatro grupos de reforma: - Una primera reforma política: llevada a cabo entre 1.810 – 1.811, con la proclamación de la soberanía nacional, la promulgación de la separación de poderes (legislativo, ejecutivo y judicial) de acuerdo con es esquema de Locke y Montesquieu, la concesión de algunas libertades como la de imprenta y por último la aprobación de la Constitución de 1.812 La Constitución de 1.812: que ha sido denominada la pieza base del liberalismo español, y en la que además de afirmar los anteriores principios, se declaró expresamente que “la soberanía reside esencialmente en la Nación, y por lo mismo pertenece a ésta exclusivamente el derecho de establecer sus leyes fundamentales, a través de las Cortes” - Una segunda reforma en el plano administrativo: por la que se buscó centralizar y racionalizar los organismos e instituciones del país, sustituyendo la división de España en reinos por una nueva división en provincias (en realidad ya existentes aunque con distinta organización), con su Jefe Político o Gobernador Civil y una Diputación Provincial en cada una. - Una tercera reforma en el plano social: que fue ejecutada entre 1.811 – 1.813 y que pretendió conseguir la liquidación del orden estamental. Para ello se decretó la abolición de las supervivencias del régimen señorial; una tímida desamortización eclesiástica (enajenación de las comunidades religiosas extinguidas o reformadas por el Gobierno de José I); la igualdad de todos los españoles ante la Ley y la supresión del Tribunal de la Inquisición. - Una cuarta reforma en el plano económico: ejecutada entre 1.813 – 1.814, que estableció como puntos primordiales la libertad de trabajo (con lo cual quedaban suprimidos los gremios), la libertad de producción, de tráfico, de comercio y de precios. PLANTEAMIENTO DE LA EMANCIPACIÓN AMERICANA: Es un largo acontecimiento (1.808 – 1.824) y en el que su realización aparece envuelta en el proceso revolucionario occidental, al menos en el sentido de que la permite. Es la invasión de España por las tropas francesas la que pone en funcionamiento el mecanismo que conduce a la lucha secesionista. Se trata de la imposición de una normativa (orden total: la entronización de José Bonaparte) que provoca la reacción de los afectados en la península (no puede hablarse sólo de subversión de los privilegiados en el caso de España). En la consiguiente remodelación del Estado, se abre camino una postura por entero revisionista, que configura el Estado (Los Estados) de nueva planta. Es por ello que puede incluirse la Emancipación entre las Revoluciones de 1.755 a 1.848, con la particularidad de que sirve de nexo de unión entre las sucesivas fases de la Revolución Europea (Las de 1.789, 1.820 y 1.830) Otra cosa es que la emancipación sólo sea esto. Otros historiadores hablan de que se trata de la expresión americana de la revolución burguesa, aquí encarnada en el elemento criollo; pero siendo cierto ese enfrentamiento de sectores de esa naturaleza al nuevo estado español bonapartista, otra vez se hace aquí preciso advertir que los factores implicados son más numerosos e incluso que la debilidad y a veces la ausencia de burguesía en algunas zonas de América ni siquiera autoriza a dar algún relieve a tal participación en todos los casos. En este sentido puede afirmarse que la Emancipación fue una revolución prematura. Los motivos: se admite y se insiste en la toma de conciencia y en el enfrentamiento de los criollos a la Administración peninsular. Además del desenvolvimiento de su poder económico (que era real aunque se reducía a círculos geográficos muy restringidos), en ese enrarecimiento de la actitud criolla podrían haber influido muchos factores de incidencia social: - La política reformista de los Borbones: que habría aumentado las cargas fiscales y desde luego acentuó la centralización - La política española de protección de los indios frente a las exacciones que imponía a aquéllos Se dice incluso en el terreno cultural, de la posible herencia del talante individualista legado por los españoles. Pero los elementos más importantes señalados en este orden se refieren a dos aspectos: la Ilustración y el pensamiento populista español La Ilustración: su incidencia es lógicamente diversa, según las zonas y los niveles sociales. Se alude a la penetración en las Universidades y Sociedades de Amigos del País, a la difusión de la literatura liberal europea y estadounidense, a la acción de las sociedades secretas (La Masonería). En todo caso, hay que observar que todas estas realidades parecen haber alcanzado importancia muy tardíamente, incluso ya iniciada la lucha, en la segunda década del siglo XIX. La influencia del pensamiento populista español: que habría supuesto la justificación de la independencia no en las doctrinas individualistas dieciochescas, sino en las concepciones iusnaturalistas hispánicas, que habían formulado en el siglo XVI el principio de la recepción de la autoridad, emanada en todo caso de Dios, por el individuo. Se trata de una postura documentada realmente como justificación del proceso emancipador que disminuye, por tanto, la importancia de los planteamientos ilustrados, pero no puede considerarse exclusiva. No hay que olvida por último, que en algunos momentos (al menos en 1.820) y en determinados ámbitos (por ejemplo en Nueva España) la lucha toma cuerpo como movimiento antiliberal contra el constitucionalismo peninsular. Es otra paradoja muy importante en el fenómeno emancipador. En rigor, aquella política reformista borbónica se incluye en el ámbito económico en la medida en que junto a otros fines, buscaba una más sistemática explotación del continente, tanto en lo que concierne a la producción como en lo que atañe al comercio. Por lo mismo, la aspiración de los empresarios criollos a la libertad del comercio internacional ha sido apuntada como elemento importante. Además de los aspectos gubernamentales implicados en todo lo dicho, la investigación va poniendo de manifiesto la importancia de algunos hechos concretos en determinados espacios geográficos: - El tratado de límites de 1.750 entre Portugal y España, que lesiona intereses de las regiones afectadas. - La expulsión de la Compañía de Jesús, que supone la desarticulación progresiva de sus misiones y enrarecimiento de la actitud de los sectores adictos a aquélla. - Las luchas contra Inglaterra, que al forzar a los criollos a organizar la defensa en vista de la impotencia de la metrópoli, pudieron contribuir a la formación de la conciencia nacional (así en Centroamérica). - La Administración mala y lejana, cuando no corrupta, sobre todo en tiempos de Carlos IV. - La expresa ayuda británica a los movimientos emancipados. - Los sucesos de 1.808, que al destruir el estado español y forzar la reconstitución ex novo, permiten asimismo la organización autónoma de las provincias americanas. LAS JUNTAS (1.808 – 1.809): según advertíamos, el punto de partida del desencadenamiento vuelve a ser un problema de Derecho Político. Las dudas sobre la validez de una abdicación sin consulta a Cortes (las abdicaciones de Carlos IV y Fernando VII en Bayona) y la falta de soluciones explícitas para ese problema en el ordenamiento jurídico peninsular imponen la necesidad de acudir a los principios generales del Derecho Hispánico, que serán, sin embargo, interpretados de forma diversa en España y América. Las fuerzas vivas americanas siguen la tradición jurídica de la incorporación libre a Castilla, rechazan la imposición de José Bonaparte, pero cuestionan también la legalidad de las Juntas que se habían formado contra él en España, limitándose a plantear la conveniencia o no de supeditarse a ellas. Y acaban por constituir Juntas propias que cumplen la misma finalidad que las españolas: no rechazar al monarca legítimo (Fernando VII) sino sustituirle en tanto siga cautivo. Existen pues dos fases: - La primera fase a lo largo de 1.808: que mantiene en pleno vigor la autoridad virreinal, aunque con variantes notables. En Nueva España el Virrey Iturrigaray es sustituido por Garibay y luego por Lizarra, por imposición de la Audiencia, al negarse aquél a acatar a la Junta de Sevilla. En Nueva Granada, Perú y Río de la Plata, los virreyes Amar, Abascal y Liniers, reconocen en cambio la soberanía de esa misma Junta. Al mismo tiempo personajes criollos aislados comienzan a buscar una solución propia que sea coherente no obstante con la legalidad española: pretenden resucitar la institución de la Regencia (como en el propio año 1.808 procura inútilmente Jovellanos en la Península) Son las más importantes gestiones que desde el mismo año inician los acercamientos en ese sentido a Carlota Joaquina, hermana de Fernando VII y esposa de Juan de Portugal, que se había refugiado en Brasil ante la amenaza napoleónica contra Portugal. - La segunda fase centrada en 1.809: se caracteriza por el mantenimiento de la fidelidad a los Borbones como actitud predominante en América, pero también por aquella reasunción de la soberanía, bien sea justificada en la mera prisión de Fernando VII o bien por inspiración ilustrada. Los dos criterios (fidelidad y soberanía), que son los mismos que se dan a la vez en la península se plasman allí también a partir de ese año en la formación de Juntas Propias: las primeras en Chuquisaca y La Paz) Se trata de acontecimientos interpretados por la historiografía tradicional como brotes separatistas. Recientes investigaciones lo interpretan, sin embargo, como expresiones de fidelidad al monarca, sin afán de separación, pero sí de reasunción de la soberanía y de desobediencia a las autoridades virreinales, en razón de que éstas sólo obedecen a un centro de poder: La Junta Central Española, cuya legalidad y autoridad se discute en la propia península. Durante el año 1.810 la formación de Juntas prolifera a lo largo de la América Española. Y la represión inmediata por parte de las mismas autoridades virreinales da lugar a la guerra: el llamado Golpe de Estado el 8 de Abril en Caracas; la Revolución de Mayo en Buenos Aires; el caso peculiar de Nueva España y los focos menores, guerra que no es separatista, sino civil. LAS GUERRAS CIVILES (1.810 – 1.816): estas luchas no son guerras de Emancipación como afirmaba la tesis tradicional, sino guerras civiles. Estas guerras enfrentan a los sectores fieles a las autoridades de la península (La Regencia y Las Cortes de Cádiz) contra Juntas y elementos que son también fieles al Rey y a España, pero que se dicen dispuestos a recrear por su cuenta al Estado, con los mismos derechos que han sido esgrimidos por las Juntas de la península para hacerlo, mientras Fernando VII siga en manos de Napoleón. La veracidad de esta tesis no elimina del todo la existencia de separatistas, mezclados con frecuencia con los rebeldes autonomistas, pero parecen haber sido en todos los casos individuos aislados que constituyeron minoría, aunque al socaire de la situación lograron en grado diverso que las nuevas corrientes se abrieran paso (todo ello con la salvedad reiterada de Nueva España). Hay que insistir por otra parte que hablamos de guerras y no de guerra civil; porque se trata de luchas locales o comarcales sin trabazón apenas, fuera de la existencia de aquellos tres focos iniciales (Nueva España, Venezuela y Río de la Plata), que en parte animarán la aparición de focos secundarios (Bogotá en Julio, Quito y Santiago de Chile en Septiembre de 1.840): - Nueva España: desde luego es el levantamiento mejicano el más peculiar. En él sí surge desde el principio un empeño separatista, que de otro modo se justifica en razones inesperadas: la consabida política reformista de los Borbones, pero no sólo porque ha lesionado los intereses de algunos criollos sino porque ha atacado a la religión. Se trata en suma de un separatismo contrarrevolucionario.. Tras la fallida conspiración de Valladolid en 1.809, el levantamiento formal comienza en septiembre de 1.810. Lo acaudilla Miguel Hidalgo, párroco de Dolores, al parecer con la pretensión de separarse de España, pero precisamente para aclamar a Fernando VII en un futuro congreso, en vista del afrancesamiento atribuido al virrey Venegas. Tras un año de lucha Hidalgo es capturado y ejecutado. Las partidas continúan actuando dispersas, no obstante. Y en octubre de 1.811 se incorpora a ellas José María Morelos, cura de Cuarácaro, relacionado con Hidalgo, que además de revitalizarlo da al movimiento la primera Constitución: El Decreto Constitucional para la libertad de la Americana Mejicana, aprobado en 1.814, sobre el modelo de la constitución española de Cádiz, por el Congreso que aquél reúne en Chilpancingo). En 1.815, también Morelos es prendido y ajusticiado. El movimiento languidece. - Venezuela: la lucha en la capitanía General de Venezuela comienza a raíz del golpe de estado de abril de 1.810, cuando los autonomistas caraqueños, en cabildo extraordinario, deciden despojar del mando al brigadier Emparán (enviado por la Junta Central Española) y constituir una Junta Suprema Conservadora de los Derechos de Fernando VII, con este nombre. La acatan todas las provincias de Venezuela, menos las de Coro, Maracaibo y Conayana (el oeste). Y comienza la lucha entre ambos sectores geográficos, que hacen también una guerra civil. Será posteriormente en la propia guerra cuando los secesionistas consigan imponer su criterio en el Congreso General creado en 1.811 para sustituir a la Junta como Gobierno. El 5 de Julio declara la independencia de las que llama Provincias Unidas de Venezuela. La guerra continúa, pero a partir de 1.812 cambia de signo. Los rebeldes capitulan en San Mateo, en julio ante las tropas fieles a Madrid. En 1.813, Simón Bolívar (militar criollo de formación europea ilustrada) promueve un segundo levantamiento que acaba con su propia huida en 1.815, ante los refuerzos venidos de la península al mando del General Morillo, tras la expulsión de los franceses. - Río de la Plata: el levantamiento de Buenos Aires radica en los sucesos de mayo de 1.810. La noticia de la ocupación de Andalucía por las tropas de José Bonaparte anima a los elementos autonomistas criollos a negar la autoridad del Virrey Cisneros. Intenta éste canalizar el movimiento con la reunión del cabildo abierto de la ciudad, que a instancia suya forma una Junta de la que forma parte el propio virrey. Pero la Junta es derrocada por la llamada Revolución de Mayo. La Revolución de Mayo: se trata según la historiografía tradicional de un motín popular independentista o según estudios más recientes, de un mero golpe militar minoritario a favor de un régimen constitucional no separatista, sino autónomo. Los realistas se hacen fuertes en Córdoba, Montevideo y Asunción (cuyos patriotas se adelantan a declarar la Independencia en 1.811). Y contra estos focos y contra el Alto Perú realista se dirige la acción militar de la Junta boanerense de los años siguientes, únicamente con plena fortuna en lo que atañe a Cordoba. Lucha por tanto contra los independentistas y al mismo tiempo contra los realistas, en defensa de su posición intermedia de autonomía dentro del imperio español. Sin embargo, en 1.816, el Congreso reunido en Tucumán por el Director Supremo (Jefe Provincial del Estado) González Balcarce, aprueba la Declaración de Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata, sobre el texto inspirado en la Declaración de los Estados Unidos. - La contraofensiva realista: las diferencias de comportamiento entre las provincias americanas ante el movimiento emancipador (autonomista en un principio, progresivamente secesionista) responde a motivos muy complejos que no es posible resumir (influencias culturales, formaciones sociales, desarrollo y tipo de actividad económica, previsión del sistema defensivo). Destaca la situación de Perú, donde aunque no faltan las intentonas, esa política previsora del Virrey Abascal y el fidelismo preexistente en las fuerzas vivas limeñas no sólo eliminan el problema, sino que permiten la colaboración de tropas peruanas virreinales en la defensa del Alto Perú frente a la Junta Boanerense, en el restablecimiento del poder de la Audiencia de Quito y en la recuperación de Chile. Finalmente, la expulsión de los franceses de España y la restauración de Fernando VII hacen posible el envío del Ejército de 10.000 hombres que manda el Teniente General Morillo. Las tropas eliminan el foco rebelde venezolano (1.815) y acaban con los levantamientos de Nueva Granada (1.816), al mismo tiempo en que languidece el movimiento mejicano, En 1.815 – 1.816, tan sólo el virreinato del Rió de la Plata puede considerarse independizado y en pleno proceso de institucionalización revolucionaria, que va a culminar con la promulgación de la Constitución de 1.819, inspirada de nuevo en la gaditana. LA EMANCIPACIÓN DE AMÉRICA LATINA: En el medio siglo transcurrido desde la declaración de independencia de Estados Unidos (1.776) hasta el hundimiento del poder español en Perú (1.824), todo un continente se liberó de su tutela colonial. La emancipación latinoamericana en particular, fue precipitada por la intervención francesa en la península Ibérica. En América, como en la propia España, el sometimiento de las instituciones monárquicas a José I les privó de legitimidad y surgieron nuevos poderes locales. Fueron sin embargo necesarios, tres lustros de guerras para que se consolidara la independencia de las nuevas naciones hispanoamericanas. La emancipación: entre 1.804 y 1.828 proclamaron su independencia una docena de estados americanos: - El primero en hacerlo fue Haití, tras una sangrienta insurrección de esclavos, que puso fin al dominio francés. - En la América española, la independencia se consolidó tras prolongadas guerras, en las que resultaron decisivas las campañas del argentino José de San Martín y el venezolano Simón Bolívar. - El último bastión del imperio español fue Perú, donde la guerra quedó decidida en 1.824, aunque la guarnición española de Callao resistió hasta 1.826. - Brasil se separó de Portugal en 1.822 - Algunos de los nuevos estados se fragmentaron luego a su vez, como ocurrió en la Gran Colombia (1.830) y en las Provincias Unidas de Centroamérica (1.839) - Uruguay, que había sido ocupado por los brasileños en 1.821, logró su independencia en 1.828

LA EUROPA NAPOLEONICA

LA CONVENCIÓN: El proceso revolucionario francés sigue una evolución radicalizante entre los años 1.789 y 1.794, que puede esquematizarse en tres fases:
- Levantamiento general de 1.789 - Primer terror (1.792) - Segundo terror (1.793 – 1.794) La división de los republicanos: La Asamblea Legislativa intenta canalizar la insurrección de 1.792, que había sido motivada en buena medida por las amenazas de Prusia y Austria y que la había enfrentado con el Rey. Suspende los poderes de Luis XVI y convoca elecciones para una Convención que decida sobre el Régimen de gobierno que ha de orientar en adelante la vida de Francia. Elegida la Cámara en cuestión: - Queda compuesta por una mayoría republicana de extracción social acomodada - Con un sector minoritario de nobles y clérigos. - Se reúne el 21 de Septiembre de 1.792 y el propio día proclama la República Los integrantes de la Convención se dividen en torno a las orientaciones que pretenden dar a la recién nacida República y en efecto en la asamblea los republicanos tienden a distribuirse en tres sectores: - Los Girondinos: denominados por su origen geográfico, los girondinos son partidarios de la libertad de comercio e industria, Volterianos y federalistas, estando compuesto predominantemente este sector por la alta burguesía de negocios. - La Montaña: denominados por su emplazamiento en la sala de reuniones, los montañeses son dirigistas, Rousseaunianos y centralistas, estando compuesto este sector por representantes del pequeño comercio y el artesanado. - La Plaine: denominados por su emplazamiento en la sala de reuniones, con una postura centrista en relación con los otros dos sectores, compuesto por individuos de situación económica desahogada. Los girondinos y los montañeses se enfrentan por sus criterios de política económica, de ideología y de estructuración del Estado. Aún así hay que tener en cuenta que no se trata de partidos o fracciones que respondan a elementos sociales de grupos homogéneos, sino de grupos de individuos afines. Dominan la Convención los girondinos, cuyo empeño va dirigido más bien a la solución de la guerra que a la represión. Destaca la condena y ejecución de Luis XVI el 21 de Enero de 1.973, acusado de implicaciones contrarrevolucionarias con los enemigos de Francia. La primera coalición y el terror: la política anexionista de Francia que vimos provocó el enfrentamiento de Austria y Prusia en 1.792, y prosigue en 1.793 con la ocupación de Bélgica y las Provincias Unidas, Renania occidental, Saboya y Niza, con la particularidad de que ahora a parte del principio de autodeterminación (soberanía nacional) se esgrime también el de las fronteras naturales, justificadas en la facilidad de la defensa (territorios a la izquierda del Rhin) Pero la ejecución de Luis XVI y esta orientación generalizan el enfrentamiento entre Enero y Febrero de 1.793, constituyéndose la Primera Coalición con Austria, Prusia, Cerdeña, el Reino Unido y España, con la posterior adhesión de otras potencias europeas. Este hecho suscita una nueva oleada de pánico en Francia que como en Agosto de 1.792 motiva a su vez otra oleada revolucionaria protagonizada también por los Sans – Culottes, que actúan impulsados por el miedo y el hambre y alentados por elementos jacobinos con un programa confuso y sugestivo: soberanía popular como único presupuesto político, reparto de la propiedad y articulación de un sistema de previsión social. Pero la creación de la Alianza contribuye a suscitar asimismo un movimiento inverso: el de los levantamiento realistas del campesinado del Oeste (La Vendee sobre todo, motivo por el cual se convertiría más tarde en el símbolo de la defensa de la tradición católico – monárquica francesa frente a la Revolución). La situación constituye la circunstancia óptima para la radicalización anunciada. Si el levantamiento de 1.792 había sido canalizado por la Asamblea Legislativa con la suspensión del Rey, el levantamiento de 1.793 lo será con un nuevo cambio de régimen en el mismo sentido: - El 2 de Junio de 1.793, los montañeses dan un golpe de estado, materializado con el arresto de 29 diputados girondinos y crean un Gobierno revolucionario. Aunque luego conseguirán la aprobación de otra Constitución (la de 1.793) plenamente democrática: sufragio universal, reconocimiento del derecho al trabajo y al sistema de previsión. Consigue también que el 4 de Diciembre la Convencilice la existencia de ese nuevo Gobierno, con poderes extraordinarios, se trata del Cómite de Salud Pública, que funciona como tal Ministerio y del Cómite de Seguridad General, que se encarga de la policía política. Los miembros de ambos son nombrados por la propia Convención - Su acción, verdadera dictadura revolucionaria, constituye por la naturaleza de sus medidas el Terror, vigente hasta Julio de 1.794 y que puede sintetizarse en cuatro líneas: Persecución de los realistas: 17.000 ejecutados y más de otros tantos muertos en prisión, de 300 a 500 mil arrestados
Reducción de los focos insurrectos de los propios realistas y de los girondinos sublevados tras el golpe de estado
Canalización de la agitación de los Sans – culottes (legislación social, con el restablecimiento de las tasaciones de precios y salarios, esbozo del sistema de previsión y reparto de bienes de realistas entre indigentes)
Encauzamiento de la guerra: 25 de Junio de 1.794, victoria de Fleurus sobre Inglaterra y las Provincias Unidas, que reabre las puertas de Bélgica La reacción termidoriana: son motivos de la decadencia del régimen, que se hace innecesario y suscita numerosas oposiciones, las siguientes: - El avance los ejércitos de Francia - La división de los dirigentes del terror - El malestar de los afectados por las cargas derivadas de la legislación social - La insatisfacción de los propios Sans – culottes El 27 de Julio de 1.794 (9 de termidor del año II, según el cómputo establecido con la proclamación de la República) se produce un nuevo golpe de estado, ahora girondino, que devuelve el poder a éstos, que rechazan la Constitución de 1.793 y aquella legislación social. La Revolución Francesa puede considerarse acabada, según el criterio de un importante sector de historiadores. Al tiempo el enfrentamiento de Austria y Prusia por el segundo por el segundo reparto de Polonia y la habitual desconfianza entre el Reino Unido y España destruyen la Primera Coalición. En 1.795, la Convención firma separadamente las paces con todos los estados implicados en ella salvo Austria, Inglaterra e Italia (a excepción de Toscana), que prosiguen la lucha. Permanece con todo irresuelto el problema constitucional que dio razón de ser a la Convención: la definición del régimen de gobierno. Para ello la Asamblea aprueba una tercera Constitución, la de 1.795, que somete después a referendúm: - Se organiza un sistema moderado, más semejante a la constitución de 1.791 (sin Rey) que a la de 1.793 - El poder ejecutivo de la República recae en un Directorio, integrado por cinco miembros, a su vez elegidos por las asambleas legislativas: El Consejo de los Quinientos y el consejo de Ancianos, constituidos los dos por sufragio restringido. - El 25 de Octubre de 1.795 la Convención de 1.795 la Convención decide disolverse para dar el poder al nuevo Régimen. El significado de este suceso es claro: la evolución radicalizante del periodo 1.789 – 1.794, con predominio del legislativo y democratización progresiva (Asamblea Nacional, Asamblea Legislativa, Convención, Constitución de 1.793, da paso a una fase de regresión de hegemonía del ejecutivo y restricción de la representatividad (reacción termidoriana, Directorio, Consulado, Imperio). EL DIRECTORIO: El régimen directorial se abre camino por el estrecho paso que le deja un consenso reducido por ambos flancos: por el mantenimiento de las reivindicaciones radicales ( las del periodista jacobino Babeuf) y la conspiración realista. Su historia se orienta por lo tanto hacia una creciente intervención del ejército, que es a la larga su propio verdugo. El radicalismo tiene su punto álgido en 1.796, en el descubrimiento de la conspiración de Babeuf o de los iguales, que inspirado por un jurista italiano nacionalizado francés (Buonarrotti), planea la anulación del directorio e instituir un régimen comunista o la mera recuperación del poder por los montañeses. La maquinación es descubierta a tiempo, pero basta para acentuar la moderación del sistema. En las elecciones de 1.797 para la constitución de los Consejos de Ancianos y de los Quinientos, los monárquicos y afines son mayoría sobre los republicanos a ultranza. Ante el problema consiguiente el Directorio recurre al Ejército. En 1.797, con apoyo de tropas enviadas por Napoleón son detenidos los dirigentes realistas y se anulan las actas de 198 diputados. El recurso al ejército revela el peso que todavía tiene la guerra en las preocupaciones del Gobierno. Las campañas de Bonaparte ante Ausstria, el Reino Unido y los Estados Italianos (salvo Toscana), obligan a pedir la paz sucesivamente a Nápoles (1.796), Cerdeña, los Estados Pontificios y Austria (1.797). Así: - En el interior: el éxito convierte a Napoleón en mantenedor del sistema - En el exterior: la lucha queda reducida al enfrentamiento con Inglaterra - En general: se reimpone en su plenitud el afán belicista, que se jalona con una nueva serie de conquistas y creaciones de repúblicas hermanas Napoleón pretende coronar la obra con la invasión de Gran Bretaña, y para ello comienza de acuerdo con el Directorio, por la debilitación de su poderío económico en Oriente. En 1.798 ocupa Malta y penetra en Egipto, donde quedará detenido tras el desastre de Abukir, en el que la flota británica mandada por Nelson destruye a la francesa. La política agresiva del Directorio acentúa por lo demás, entre 1.795 – 1.799, la deformación del mapa europeo. Por imposición de sus armas surge: - La República Bátava: en 1.795, con los Países Bajos - La República Cispadana: en 1.796, con Bolonia y la Emilia - La República Ligur y la Cisalpina: en 1.797, y en Italia - La República Romana: en 1.798, con los Estados Pontificios - La República Helvética: en 1.798, con Suiza - La República Partenopea: en 1.799, con Nápoles - La República de Toscana, en 1.799, Toscana - Y anexiona las Islas Jónicas, Mulhouse y Ginebra La Segunda Coalición: provocada por esta expansión y trabada a fines de diciembre de 1.798: - Formada por el Reino Unido, Austria, Rusia, Turquía, Portugal y el soberano de Nápoles, refugiado en Sicilia. - Llevan la guerra a los estados germanos occidentales y a Italia, que se ve reconquistada así por tropas contrarrevolucionarias en 1.799 Por tercera vez, como en 1.792 y 1.793, aunque con mayor templanza, la amenaza suscita una reacción radical. El 18 de Junio de 1.799, tiene lugar un nuevo golpe de estado que da el poder a los jacobinos, cuyo primer designio va a ser la organización de la defensa, volviendo para ello la represión interior, con la Ley de rehenes y el empréstito obligatorio a las mayores fortunas y se detienen tanto el avance aliado como los conatos de nueva sublevación realista en el interior (en Bretaña y otra vez en La Vendee). Por la consiguiente eliminación del peligro vuelve a inducir también a los moderados a un cambio de orientación, ahora con la pretensión de transformar un régimen que se ha hecho inviable. El 9 de Noviembre, otro golpe de estado, con apoyo del Ejército de Napoleón, lleva a algunos miembros del Consejo de Ancianos a constituir un gobierno provisional (Comisión Consular Ejecutiva) con Sieyes, Ducos y el propio Bonaparte: - Según unos lo hacen con la idea de servirse de este general para arreglar la situación y luego alejarlo (es la tesis tradicional) - Según otros albergan quizá la pretensión de darle conscientemente el poder En todo caso obran con la seguridad de que la opinión francesa seguía siendo monárquica. LA IMPOSICIÓN POLÍTICA DE BONAPARTE: EL CONSULADO El periodo de historia de Francia que corre de 1.799 a 1.815 plantea un tema tópico a los historiadores: ¿Nos hallamos ante una fase revolucionaria o regresiva?: - El problema no ha sido resuelto - Pero si parece claro que el proceso revolucionario lineal se ha detenido en 1.794 (reacción termidoriana) y que se anuncia una nueva marcha de reforzamiento del poder ejecutivo, que llega a su máxima cota en los primeros lustros del XIX - El protagonista de esa evolución es un personaje apenas conocido en la propia Francia en 1.799: Napoleón Bonaparte Napoleón Bonaparte: nacido en Ajaccio (Córcega) en 1.769, hijo de un abogado y formado como militar en las Academias de Brienne y París: - Sus posiciones políticas e ideológicas de origen e incluso los primeros pasos de su encumbramiento no parecen del todo diáfanos. - Participa en principio de la represión de los realistas en los años 90, conforme a las orientaciones de los montañeses. - General de Brigada en 1.793 y de División en 1.795, actúa en la anulación de la conspiración de los Iguales, y en 1.796, recibe el mando del Ejército de Italia. - Es ahí donde cosecha la cadena de éxitos que lo convierte en respaldo posible para el Directorio, con lo que parece que vuelve la espalda a aquella aparente orientación radical del comienzo de la década. - Pero su mismo prestigio y su afán de imponer sus iniciativas al margen del Gobierno, aconsejan al Directorio alejarlo. - El Directorio lo hace por medio de una sugerencia del propio General: la de llevar la guerra contra Inglaterra a Egipto, donde quedará detenido en 1.798. - En 1.799, las condiciones creadas por la Segunda Coalición le animan al regreso y al golpe de estado, con pretensiones que aún se discuten. - Formado el 18 brumario el Gobierno provisional que integran Sieyes, Ducos y Bonaparte, su actuación se encamina en dos direcciones: la institucionalización del nuevo régimen y la pacificación exterior El cambio institucional: preparada por el propio Gobierno provisional una nueva Constitución, es aprobada por referendum en Enero. La Constitución de 1.800: - Se caracteriza por el retorno al fortalecimiento del poder ejecutivo. - El poder lo detenta un Primer Cónsul, asesorado por otros dos - El poder legislativo se encuentra repartido en tres Asambleas (otro signo moderador): Senado, Tribunado y Cuerpo Legislativo, formadas todas por sufragio universal (indirecto), y son los encargados respectivamente de controlar el cumplimiento de la Constitución, discutir los proyectos de Ley y votarlos (es decir, una Ley es aprobada por una Cámara distinta de la que la discute) - La nueva Constitución carece de Declaración de Derechos del Hombre, pese a que habían comenzado a convertirse en parte obligada en los anteriores textos (las constituciones de 1.791, 1.793 y 1.795) La evolución de la política interior francesa de 1.800 en adelante, va a estar señalada por la evolución de este texto constitucional en tres pasos: - En 1.800, tras su promulgación, el Gobierno provisional nombra primer cónsul a Napoleón, que por excepción nombra personalmente a los integrantes de las primeras tres asambleas. - En 1.802, la euforia de las victorias conseguidas frente a los enemigos de Francia anima al propio Bonaparte a sugerir una primera modificación importante: el consulado vitalicio, en beneficio propio, por medio de una reforma de la Constitución aprobada por plebiscito. - En 1.804, de nuevo el optimismo general por los triunfos militares y por el bienestar económico permiten la aprobación de la segunda gran reforma en la Constitución, que convierte el Consulado en Imperio (pesó en ello la conveniencia de acabar con las veleidades de una restauración de los Borbones) La imposición de la dignidad imperial va acompañada de la revisión de todo lo que implica: - Se introduce el carácter hereditario del título imperial. - Comienza a elaborarse un ceremonial, intensamente simbólico y de clara trascendencia política, que es nuevo pero que al tiempo tiene cadencias de Antiguo Régimen: la coronación imperial (que realiza el Papa Pío VII el 2 de Diciembre de 1.804) y la creación de una nobleza imperial (a partir de 1.808), sin derechos señoriales, pero sí con la restauración de las vinculaciones. Junto a la evolución constitucional centrada en el poder ejecutivo, son otros aspectos los que terminan de perfilar el sistema (en un tono de templanza, inmersos o no en la Constitución): - Se establece una limitación fáctica del poder legislativo por medio de la anulación de la representatividad. - El sufragio universal nunca fue practicado, porque los representantes fueron designados por el Senado, que a su vez lo fue siempre por Bonaparte. - Se recortan las actividades parlamentarias con supresión del Tribunado en 1.807 - Prosigue el proceso codificador con neto signo moderado, la obra culminante es el Código Civil de 1.804 - Se normalizan las relaciones con la Iglesia, mediante el Concordato de 1.801, suscrito por Pío VII: termina con el Cisma abierto en 1.790, aunque mantiene la supeditación de la Iglesia mediante la renovación de toda la jerarquía eclesiástica con obispos designados por el primer cónsul e instituidos por la Santa Sede - Voluntariamente el Concordato omite cualquier alusión a los religiosos. Las soluciones que este Tratado aporta serán aplicadas por la Santa Sede a diversos estados europeos muy entrado el siglo XIX (Concordato español de 1.851)
La obra de pacificación: en el ámbito internacional, la etapa de régimen consular reviste un tono eminentemente transitorio, finaliza la guerra contra la Segunda Coalición, pero la reanuda contra Inglaterra e inicia la gestación de la tercera alianza contra Francia. Constituida en 1.798, vimos que la Segunda Coalición expulsa de Italia a las tropas francesas en 1.799. Ahora, una doble gestión, militar y diplomática, conduce sucesivamente al proceso inverso: - Las victorias galas sobre Austria llevan respectivamente a la reconquista del Norte de la Península (con la reconstitución de la República Cisalpina tras la primera batalla) y a la petición de paz por el emperador - La Paz de Luneville (1.800) impone a Austria el reconocimiento de aquella República y la cesión a Francia de Bélgica y la izquierda del Rin, y acarrea al armisticio con Nápoles. - La actividad diplomática consigue que el Reino Unido y Francia suscriban la Paz de Amiens (1.802), amenazada por Napoleón e indefensa por su propia inestabilidad política interior, Inglaterra ha de ceder por ese Tratado todas las colonias ocupadas a Francia, Egipto a Turquía, Malta a la Orden de San Juan de Jerusalén y el resto de las conquistas a los respectivos aliados del Consulado (salvo la Trinidad española y el Ceilán holandés) La paz de 1.802 es efímera, por varios motivos: - El coetáneo empeño del Consulado en una cierta revitalización colonial implica la competencia a Inglaterra, aunque también influye el designio consular de intervenir pacífica pero eficazmente en los asuntos interiores de los países limítrofes (Suiza, Holanda y Alemania), a veces transformándolos (como en la conversión de la República Cisalpina en República Italiana, con Bonaparte como Presidente y en la anexión de Piamonte a Francia, ambos en 1.802) - El incumplimiento mutuo de algunas evacuaciones de territorios acordadas en Amiens pone el punto final - Todo ello, fuerza la evolución belicista del Gobierno Británico de Addington en 1.803, hasta verse obligado a ceder el poder a Pitt en 1.804 - La guerra se reanudará formalmente tras la constitución del Imperio en Francia. EL IMPERIO FRANCÉS: El Imperio constituye la última gran etapa del periodo revolucionario francés (1.789 – 1.815). Problemática interior: Como ya vimos el proceso constitucional iniciado en 1.800 quedó desglosado en dos fases: la democratización del poder legislativ0o primero y el fortalecimiento del poder ejecutivo después. Decíamos también que esa dinámica hace cuestionable la naturaleza realmente revolucionaria de los sucesos posteriores a 1.794, y por tanto de los que protagoniza Napoleón. Nos centramos ahora en la dimensión geográfica del fenómeno francés, en su instante de plenitud, registrado durante el propio Imperio. Problemática exterior: Se centra en particular sobre el tema de las pretensiones de Bonaparte, discutiéndose si obedece a no a un proyecto preconcebido, y en caso afirmativo cuales son sus empeños (aquí se sitúa la cuestión de los supuestos deseos de reconstruir el Imperio Carolingio). En rigor, las acciones concretas del emperador no se ciñen a ninguno de los límites propuestos: ni a lograr las fronteras naturales de Francia, ni a la de defender la autodeterminación de los pueblos, ni tampoco a aquella reconstrucción del Imperio del siglo XIX. En suma, lo único que parece con claridad es un formidable conjunto de movimientos bélicos que de hecho dan a Francia la hegemonía continental en torno a 1.811. Siendo sus fases las siguientes: La fase expansiva (1.804 – 1.811): la formación del imperio francés se realiza dentro de la evolución moderadora de la política interior francesa a partir de 1.794, y más en concreto entre 1.800 y 1.804. Ahora bien, desde el año 1.804 se inicia un proceso diferente que el que conduce a la expansión geográfica del propio Estado, que culmina en los años 1.810 – 1.811, para empezar entonces una etapa final de regresión. Esta fase expansiva coincide sustancialmente con la guerra de Francia contra la Tercera, cuarta y Quinta Coaliciones. Guerra contra la Tercera Coalición (1.805): Vistos los motivos del reanudamiento de la lucha entre Francia y el Reino Unido: la política colonial e intervencionista del Consulado y el incumplimiento mutuo del Tratado de Amiens principalmente. La guerra consiguiente se mezcla con la toma de posición diplomática de las demás grandes potencias europeas: - Francia proyecta el desembarco en Gran Bretaña, buscando a ese fin el apoyo de la flota española (Tratado de París de 04 de Diciembre de 1.805) y en el intento de distraer a la británica, franceses y españoles son derrotados en Trafalgar por Nelson (20 de Octubre de 1.805) - Al tiempo, el Reino Unido desenvuelve su propia táctica: el aislamiento internacional de Francia mediante una nueva Alianza (La Tercera Coalición, creada por sucesivas adhesiones entre abril y octubre de 1.805 por Rusia, Austria, Nápoles y Suecia) La rápida reacción de Napoleón, antes de que las concentraciones de tropas puedan ultimarse, permite una cadena de victorias francesas (Ulm, sobre el ejército austriaco y Austerliz sobre austriacos y rusos). Estos triunfos fuerzan el Tratado de Bratislava (27 de Diciembre de 1.805) entre el Imperio y Austria Por este Tratado cede Austria al Reino de Italia sus territorios del Adriático y a los aliados germanos del emperador francés (Baviera, Baden, Wurtemberg) territorios del propio inperio Germánico. La Confederación del Rhin: es creada por Napoleón en 1.806, y compuesta por esos estados aliados, con el Gran Ducado de Berg y otros doce principados menores. Guerra contra la Cuarta Coalición (1.806 – 1.807): la derrota de Austria, desprovista además la Casa Habsburgo del título imperial por imposición napoleónica entre 1.804 y 1.806 y la creación de la Confederación del Rhin, revalúan la importancia de Prusia para la seguridad de Rusia. En los intentos subsiguientes del zar y de Napoleón para atraérsela, Federico Guillermo IV se inclina por aquél, sea por temor al enfrentamiento con Rusia y Gran Bretaña o bien sea por decisión des espíritu contrarrevolucionario del pueblo prusiano. Pero también es este caso, las victorias francesas sobre Prusia (1.806) y la batalla indecisa de Eylau contra prusianos rusos (1.807) fuerzan a loa aliados continentales a firmar el armisticio en Tilsit. Prusia pierde todos sus terrritorios a la izquierda del Elba (que pasan a convertirse en Reino de Westfalia) y todos los quitados a Polonia desde 1.772 (que troca Napoleón en Ducado de Varsovia). Rusia cede a Francia las Islas Jónicas y Kotor, devuelve a Turquía los principados rumanos de Moldavia y Valaquia y se convierte formalmente en aliada de Bonaparte. La guerra de bloqueos: la derrota de la Cuarta Coalición deja de nuevo frente a frente al Reino Unido y a Francia. Después de Trafalgar, ese enfrentamiento ha sido marginal. Inglaterra consigue entonces eliminar el peligro de la invasión, en tanto que al alentar la formación de la Tercera Alianza antifrancesa, cede a Rusia la protagonización de la guerra contra Napoleón. La única respuesta que el emperador puede dar es el reforzamiento del propio asislamiento que el Reino Unido pretende: pero no sólo a efectos diplomáticos, sino económicos. Desde 1.803, una serie de disposiciones legales prohibe la relación comercial de cualquier otro Estado con Inglaterra, hasta hacerla total (bloqueo continental en 1.806), ningún buque de ninguna nación puede transportar mercancías hacia o desde la isla, ni puede tampoco ningún navío británico calar en puerto europeo. La medida consigue una notable disminución de las exportaciones británicas. Para hacer el bloqueo absoluto, en 1.808 Napoleón se esfuerza en cerrar los últimos accesos al continente: Italia y Portugal. - Para eso realiza la anexión de Toscana al Imperio Francés y de Ancora al Reino de Italia. - Ocupa los Estados Pontificios. - Suscribe el Tratado de Fointeneblau con España e invade la península hispánica Levantamiento nacional y Quinta Coalición (1.808 – 1.810): los años cenitales del Imperio francés son más esperanzadores para Napoleón, porque en ellos parece vencer las mayores resistencias, que derivan de una forma histórica nueva tanto por su amplitud como por su naturaleza y su fondo ideológico: el levantamiento nacional - En mayo de 1.808 los españoles inician un oscuro proceso de formalización de la defensa del territorio. Obedecen a un movimiento popular espontáneo o a una conspiración no documentada. Se llega en todo caso a la sublevación de todo el país, tras una simbólica victoria sobre el Ejército francés en Bailén en 1.808 Los rebeldes se baten en retirada constante, sin otro logro (ciertamente decisivo) que el de obtener la ayuda británica, con el consiguiente desembarco de Wellington en Portugal
Hostigando de continuo a los invasores con las guerrillas, constituyendo una de las formas más relevantes de la estrategia occidental En 1.812, las tropas del emperador dominan la mayor parte de las plazas de la península, salvo Portugal y el islote de Cádiz. - El ejemplo de España y el apoyo de la Quinta Coalición (constituida ahora por Prusia, Austria y el Reino Unido) provocan un segundo levantamiento en los estados germánicos en 1.809, pero la intervención francesa y el desentendimiento de Prusia y Rusia acaban con él. Austria, además ha de pedir la paz y realizar nuevas cesiones territoriales. - Todavía menor es el conato de insurrección de Italia (1809), aplastado sin dificultad El único triunfo de trascendencia general e inmediata de los levantamientos estriba en que fuerzan la diversión de las tropas napoleónicas y que con ello el bloqueo contra Inglaterra se relaja y a la larga fracasa. El apogeo del Imperio (1.810 – 1.811): la plenitud de la hegemonía continental francesa, alcanza su máximo desarrollo geográfico en 1.810 y 1.811, sin fijeza absoluta porque a lo largo de estos dos años algunos territorios cambian de manos: - El Imperio Francés está constituido por las tierras situadas entre el Atlántico, el Rhin, Nápoles, el Mediterráneo y los Pirineos (con la anexión de Arán y la segregación de Cataluña en 1.812) - Los Estados Vasalllos que actúan junto al Imperio y que han surgido a veces de las Repúblicas hermanas constituidas en el periodo preimperial, y que han sido creadas otras por Napoleón. Unos son regidos por miembros de la familia Bonaparte, con una Constitución monárquica muy moderada, constituyendo un primer paso para su anexión total al Imperio, en la mente del emperador: como los reinos de Italia, Holanda y Westfalia, los principados de Lucca y Piombino.
Tan sólo cambian de Rey, Nápoles, con José Bonaparte desde 1806 y España con el propio José Bonaparte desde 1.808. Otros forman confederaciones aliadas de Francia: como la Confederación Helvética y la Confederación del Rhin. En cuanto a los Estados aliados, el sistema se redondea con la alianza formal de Rusia y Dinamarca desde 1.807 y Suecia y Austria desde 1.810 Los movimientos de liberación y el Primer Tratado de París: si en la orientación revolucionaria se señaló la inflexión moderadora de 1.794, en la orientación expansiva de Francia el signo regresivo surge en 1.812: - En el primer semestre del año 1.812 se presencia el apogeo del proceso hegemónico, se firman los Tratados de Paz con Austria y Prusia y fracasa la ofensiva hispano - británica en la península. - Pero la creciente desconfianza de Napoleón respecto a Alejandro I induce a aquél a asestar el golpe de gracia a Rusia. En Junio el ejército imperial con 650.000 soldados comienza a cruzar el Niemen. Sin embargo la lentitud de la marcha, por la destrucción de las mieses por el campesinado, que dificulta el abastecimiento, la retirada de las tropas rusas que no permite resolver la campaña con una batalla temprana y definitiva y el incendio de Moscú (con sus posibilidades de aprovisionamiento) dejan a Bonaparte inerme ante el invierno inmediato. Decidida la retirada el 19 de Octubre, las condiciones climáticas y las escaramuzas con el ejército ruso permiten refugiarse en Lituania sólamente a 100.000 hombres de aquellos 650.000. Los efectos del fracaso de Rusia se aprecian enseguida: en el terreno de la diplomacia, Prusia y Austria pactan la neutralidad con Rusia. Pero la derrota reanima los movimientos de liberación: - En España: la persistente ayuda británica, la eficacia de las guerrillas en la distracción y el desgaste de los efectivos franceses y la disminución de éstos por la necesidad de atender otros frentes esbozan el cambio de signo, en especial desde otoño de 1.812. A lo largo de 1.813, los ejércitos napoleónicos se baten en retirada, que da lugar a las derrotas de Vitoria y San Marcial - En Alemania: la alianza de Prusia y Rusia (febrero de 1.813), la expresa y pública promesa de apoyo por parte de ambos estados y el creciente fervor nacionalistas conducen a una nueva multiplicación de los levantamientos populares desde marzo, que incita a su vez la reincorporación de Austria a la beligerancia contra Napoleón. En junio se suma a ello Inglaterra; y en el enfrentamiento general, Batalla de Leipzig, las tropas galas derrotadas, han de abandonar el antiguo Imperio Germánico. - En el invierno de 1.813 – 1.814: los mismos aliados llevan a la guerra a Francia, ahora también con la adhesión de Holanda. - Soldados austriacos penetran en París en marzo de 1.814 y el día 6 de Abril Napoleón abdica, el mismo día en que el Senado francés toma la decisión de llamar al poder a Luis XVIII La paz impuesta a Napoleón será paradójicamente templada: - Parece influir en ello la preocupación de cada uno de los estados vencedores por formular sus respectivas reivindicaciones. - La habilidad diplomática del Ministro de Asuntos Exteriores de Luis XVIII (Charles Maurice de Talleyrand). - El énfasis del propio monarca en la culpabilidad exclusiva de la Revolución y en la intangibilidad de su patrimonio familiar (el reino de Francia), al fin y al cabo recibido por derecho divino según la filosofía de los propios vencedores de la Revolución. De hecho, los aliados se conforman con reducir el territorio francés a los límites de 1.792, con ligeros retoques, y a anunciar la reunión de un congreso internacional que acuerde el destino de los despojos.