Como se ha dicho anteriormente, la restauración dejaba fuera del sistema político los dos grandes movimientos ideológicos asociados a la Revolución francesa y extendidos por toda Europa durante el período napoleónico: el liberalismo y el nacionalismo
Estas corrientes de pensamiento serían los fundamentos intelectuales de los grandes procesos revolucionarios que acabarían con la restauración, en los años 1830 y 1848.
EL LIBERALISMO:
El primero de estos movimientos fue el liberalismo
Su base es la garantía de las libertades y los derechos individuales, que no deben estar sometidos a ningún poder absoluto o arbitrario
Por tanto, la estructura política trata de limitar todos los poderes, en un complejo sistema de soberanía colectiva
El titular de la soberanía es el pueblo, denominándose principio de soberanía nacional o popular
Esta autoridad se ejerce a través de un sistema parlamentario representativo
El parlamento tiene en exclusiva el poder legislativo; además, tiene una función muy importante de control del poder ejecutivo, el cual debe contar con la confianza del parlamento y por tanto proceder de la corriente mayoritaria de éste
Las leyes elaboradas por el parlamento son interpretadas por los jueces. Se establece, por tanto, la separación de poderes
Los ciudadanos son iguales ante la ley, sin que se mantengan los privilegios, y no están sometidos a otra autoridad que la de las leyes. Estas leyes deben ser escritas, y emanan de una constitución que regula los principios y derechos básicos y la estructura general del sistema político
El rey no tiene función legislativa, aunque puede compartir la ejecutiva con el gobierno, pero de acuerdo con el principio de control parlamentario
La vida política se desarrolla en el parlamento y los partidos; y no en el palacio o en los círculos aristocráticos
Los partidos son agrupaciones de ciudadanos que comparten unos objetivos o programa políticos; su precedente inmediato eran los clubes constituidos durante la Revolución francesa
El liberalismo tiene implicaciones adicionales en otros aspectos al margen de la actividad política estricta. Así, los derechos personales incluyen la libertad de pensamiento, expresión y prensa
En el campo económico, el liberalismo condena la intervención del Estado, en su idea de limitar todo lo posible el ejercicio del poder
La doctrina de no intervención en asuntos económicos se denomina laissez faire. Según este principio, el Estado no debe interferir en las relaciones económicas y sociales
Puesto que esta idea se consolida en pleno proceso de Revolución industrial, el Estado liberal quedaba incapacitado para regular o moderar la que estaba siendo la transformación económica y social más importante de la historia humana desde el Neolítico; y, puesto que esta inhibición permitiría que se instaurase una situación de grave injusticia social, surgirían nuevos movimientos ideológicos que condenarían la no intervención en estas cuestiones, y que cuando el Estado liberal se consolidase a mediados del siglo XIX, adquirirían un carácter revolucionario para derribarlo
El liberalismo es, por tanto, una ideología burguesa, basada en la igualdad jurídica y la desigualdad social. Así, por ejemplo, el principio de soberanía nacional no implica el sufragio universal, puesto que para ejercer este derecho durante el siglo XIX, se requería un nivel mínimo de riqueza o formación intelectual (sufragio censitario y, además, masculino)
EL NACIONALISMO:
Si el liberalismo desarrolló un corpus doctrinal completo y racional, no lo hizo así el nacionalismo
De formulación compleja, en la que intervinieron importantes intelectuales (principalmente alemanes)
Su pensamiento tiende a basarse en conceptos vagos o con gran componente sentimental, lo que dio lugar a diferentes interpretaciones del nacionalismo, según se destacasen más unos aspectos u otros
Los elementos fundamentales que definen la nación son étnicos, culturales y lingüísticos, especialmente durante el romanticismo de mediados del siglo XIX
La lengua, en particular, es una característica primordial, y se considera una de las máximas expresiones del pueblo
Al pueblo precisamente hace el nacionalismo una apelación esencial, puesto que durante la primera etapa de su desarrollo este movimiento se identificó con el liberalismo, como formas de resistencia a la opresión de las naciones por las monarquías restauradas; tendía, por tanto, a producirse una identificación del pueblo y la nación
Más adelante, en el nacionalismo irían prevaleciendo las definiciones de tipo étnico frente a las de tipo popular; y el énfasis en los conceptos raciales constituiría una causa de preocupación e inestabilidad, habida cuenta de sus implicaciones excluyentes, que tendieron a predominar sobre todo en la segunda mitad del siglo XIX
En cuanto a la organización política, el nacionalismo promueve la autodeterminación de las naciones definidas según los criterios comentados
El Estado debe coincidir con el territorio históricamente ocupado por la nación, y no estar sujeto a autoridades exteriores a ésta
Por este motivo, el nacionalismo fue una fuerza muy importante de oposición a las monarquías absolutas, cuyos principales ejemplos (Austria, Rusia) eran Estados plurinacionales; además, la restauración y el sistema de congresos se habían basado en la distribución de territorios y población entre los Estados atendiendo principalmente al equilibrio de fuerzas
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